Durante el embarazo de Liluina el trabajo se acumuló y la parte extraña era que en realidad no tenía trabajo. Todo fue organizado por Lucas, desde convencer a Idarian de no viajar al sur, administrar la casa o encargarse de los negocios de plata, tal y como Liluina pensó, no la necesitaban – mi letra es más bonita, más redonda y estilizada, la suya apenas y la entiendo – declaró con orgullo.
– Llegó la correspondencia – anunció Luis.
Lucas tomó la carta del marqués Le Mar al tiempo que Liluina tomó la del barón Guinda y sus rostros palidecieron.
– Luis, necesito que salgas – dijo Lucas con la carta en la mano y esperó a que se quedaran solos – mi hermana está desaparecida.
– No lo está – le respondió Liluina y le entregó la carta, en el sobre estaba la letra del barón, pero el contenid
