☪3. NIÑOS☪

2094 Palabras
Axel McGregor Fijo mi mirada en los niños quienes juegan con Payper, todos juegan a excepción de Denzel y... ¿Eider? La busco con la mirada pero no la encuentro, me es normal de Denzel ya que esta con Andrew o con... Con mi Diosa, con mi amada Luna quien aún duerme. Me alejo del patio el cual está custodiado por varios hombres de confianza tanto de los demonios, Adrian, Aiden y nuestros, además el que Adam, Adal y Austin jueguen con ellos y los vigilen es un alivio a no dejarlos solos. Camino hacia las habitaciones de los niños las cuales están entre varios pasillos así serle difícil a quien no conozca la mansión para llegar a ellos, sus habitaciones quedan en medio de las habitaciones de los demonios, Aiden, Adam, Andrew, Austin, Adrian y yo. Busco en todas sin encontrarla preocupandome, sigo buscando hasta que al salir de su habitación siento esta ahí, regreso buscándola pero no la encuentro, las camas están tendidas, los libros de cuentos, los peluches y juguetes como barbies en su lugar pero ella no está, buscó en el armario pero no, tampoco en el baño, me siento en uno de los sillones analizando la habitación dividida en dos tonos de colores, Eider con Rosa pastel y Lila, Eiden con rojo y n***o. Hago una mueca de disgusto por fijarme en eso y no el aún no encontrar a Eider, esta acá, las siento y huelo ¿pero donde? — Eider, hija, sal ¿O es que estamos jugando a las escondidas y no me dijiste? — nada, puedo oír su suave respiración de forma lejana — ¿Eider estas aquí? — pregunto observando debajo de la cama pero no. — No estoy — responde dándome un susto de infarto cuando la voz viene del techo. Me muerdo la lengua para no decir una mala palabra, alzó la mirada encontrándome entre uno de esos adornos de madera en el techo donde por su tamaño entra perfectamente. — ¡Por Peyton, Eider! ¿Como llegaste ahí? — me quejo al ver su rostro. Su cabello cae hacia un lado por estar suelto. — ¡Dije que no estoy! — se queja metiéndose más en el espacio ese. De no ser de que se ese lugar donde se encuentra y sostiene es seguro, estaría con el corazón en un hilo. — Eider, princesa — la llamo tranquilo colocandome exactamente a bajo de donde se encuentra — venga hija baja o te caerás y no se como reponerte como nueva — me ignora olímpicamente haciendo me sienta ofendido de cierta forma. Solo Peyton se a atrevido a ignorarme y ahora resulta que mi hija también. Fuerza del destino, regalarme pasciencia que si es fuerza me mato. Piensa Axel, piensa ¿Que haría Peyton en esta situación para bajar a Eider de ahí? Frunzo mis labios pensado en que hacer. – Preguntarle qué le sucede o porque esta ahí por ejemplo – habla Max haciendo haga mala cara. – Eso lo pude ver pensado yo – respondo. – Pero no lo hiciste, averigua que tiene nuestra hija – dejo la platica así hacer lo que dice mi lobo. — Eider princesa — llamó. — ¿Mmm? — idéntica a su madre. Bufo entrecerrado lo ojos. — ¿Por qué estas ahí? ¿Te hicieron algo? — pregunto suave — ¿O te sucede algo? Si es algo de niñas puedo llamar a tu Tía Tam... — ¡No! — me interrumpe. — ¿A tu tía Bea? — pregunto al ver que mencionar a Tamara la molesto. — Sólo quiero Tía Tam se vaya — pide con voz ahogada. Frunzo mi ceño ¿Es que le a ha hecho algo a mi hija? Si es así me importara poco que alguna vez haya sido amiga de Peyton y sea hermana de Theo porque la mató, a mi hija no le va tocar ni un pelo, menos bajo mi propio techo. — ¿Es que te a hecho algo? ¿No te agrada? — pregunto con cautela logrando saque su rostro de su escondite viéndome con sus ojos cristalizados niega con la cabeza. — Ella no, ella me agrada — responde regresando a su escondite en el techo. Mandare a quitar esa cosa, así no tenga donde esconderse. Estoy por hablar pero siento la presencia de alguien más, bajo la cabeza reconociendo de quien es, veo hacia la puerta encontrándome con Denzel que me llama con su manita. ¿Y Andrew? No puedo dividirme en dos, pero voy con Denzel, cuesta me hable y que me llame es un logro, camino hacia el observando a Eider de reojo. Toma mi mano cuando llego con el, haciéndonos caminar algo lejos de la habitación. — ¿Sucede algo cam... — Eider esta triste porque no le agrada a Payper — interrumpe haciendo frunza mi ceño. Es una estupidez ¿Como se puede poner triste por no agradarle a alguien? Y ¿Por qué mi hija no le agrada a esa mocosa? — ¿Por qué no le agrada? — pregunto curioso — ¿Y tu como sabes eso? — me ve con una mirada de esas que te demuestra su incredulidad por una pregunta tan boba. — No se porque no le agrada, no me agrada Payper así que no le hablo y lo se porque e visto como mira feo a Eider cuando se les acerca para jugar así que no quiero a esa niña acá, porque o le agrada todos mis hermanos o ninguno — responde cruzándose de brazos. Lo veo sorprendido, ya veo quien cuidará a sus hermanos de grande si nosotros sus padres no estamos. ¿Como mi hijo se da cuenta de esto y yo no? Que mal padre soy. — ¿Me ayudas a bajar a tu hermana de ahí arriba? — pregunto curioso, asiente con la cabeza caminando frente a mi. Llegamos a la habitación donde Denzel se sube sobre una silla. — Baja de ahí — ordena haciendo alce una ceja — pareces tarsan y si te caes vas a quedar fea, no quieres eso ¿O si? — que forma de ayudar. Lo veo mal por sus palabras pero solo se encoje de brazos restándole importancia. — ¡Feo tu! — responde sacando la cabeza de su escondite — yo soy hermosa — se defiende haciéndome sonreír. Ese ego sin duda lo hedero. — Baja de ahí tarsan — ordena poniéndola más roja de lo que ya estaba y estoy seguro es del enojo. — ¡Quiero estar sola! — No es cierto, baja Eider, papa y yo estamos preocupados — me dijo papá — además voy a jugar contigo a las muñecas... — ¡¿En serio?! — pregunta saliendo un poco mas de su escondite interrumpiendo a Denzel. Los observó interesado y curioso, cuesta ver a Denzel interactuar con sus hermanos. — Si, pero debes bajar antes que llegue a veinte — promete Denzel haciéndome sonreír. Puede sea frío conmigo pero valoro mucho sea así con sus hermanos, en especial ver que si les importa. — ¡Papi Ayúdame! — pide Eider saliendo de ahí. Me colocó abajo al ver que primero saca si cabeza, ¿Como subió ahí? Pone su pie en un adorno sosteniendose, se deja caer asustandome pero la tomó a tiempo, no me deja procesar el momento ya que se suelta y corre a Denzel. — ...18, 19 y 20 — Denzel me ve mal al igual a Eider quien le sonríe feliz — sólo una hora — aclara. — Dos y leo contigo — propone Eider. — Dos serán — acepta bajándose de la silla — ¿Nos acompañas papá? — llama Denzel girandose a mi. Mi corazón taladra con emoción a lo que asiento con la cabeza siguiéndolos. Caden McDark Kiss Phelps Camino hacia el despacho de papá Markus observando todo mi alrededor con cuidado, paso por la cocina donde no se encuentra nadie, me subo aún taburete así alcanzar una manzana, frunzo mis labios y decido tomar dos mas, con cuidado bajo primero las manzanas al taburete donde me encuentro así luego bajar yo al hacerlo retomó mi camino con las manzanas, meto una manzana en la bolsa de mi pierna derecha que se encuentra en mi muslo, luego hago lo mismo con la otra manzana guardandola en la bolsa izquierda, le pegó una mordida a la que me queda en manos moviendo mis piernas como bailarín entre payaso riendo de como se ven mis piernas, parece me crecieron dos chichones enormes. Me río corriendo a la puerta del despacho de papá, me pongo de puntitas alcanzando el pomo de la puerta la cual muevo así abrila, casi caigo pero me sostengo, al entrar oigo un gruñido. — Creí a ver dicho nadie me molestará — gruñe papá Markus haciendo me tense y quede quieto. — Sólo te traía una manzana — expreso con un puchero. No creí se molestará porque lo interrumpiera, mama nunca lo hacía, mis ojos se llenan de lágrimas sin poder evitarlo, nunca me habían gruñido. — Caden — expresa parándose de la silla – hijo, perdón, creí era alguien mas, ven no te preocupes — pide haciendo sonría y evite caigan mis lágrimas corro hacia el quién me toma cargandome — perdón por gruñirte — asiento con la cabeza sonriendo. — Descuida papá, te traje una manzana — señaló la que tengo en la mano haciendo frunza su ceño y sonría divertido. — Mordida — agrega riéndose a lo que lo veo avergonzado negando. — ¡No! — protestó sacando como puedo la manzana de mi pantalón sosteniendo la que tenía en mano con la boca, al tenerla tomó la manzana en mi boca también — esta es tuya — señaló la que saque, el la toma justo cuando se sienta en su silla y me deja a mi en una de sus piernas sonriendome. — Gracias — De nada — Pero dime ¿Por qué no estás jugando con tus hermanos y Payper? — pregunta curioso dándole una mordida a la manzana. — Pues... Solo estaban jugando Eiden, Esteban e Ian con ella y bueno creí que nadie notaria mi presencia, así que decidí robar tres manzanas así... — pienso un poco en lo que voy a pedir. No es nada malo y mama dice que sino es malo lo puedo pedir. — ¿Así que? — pregunta curioso casi terminandose la manzana. — Poder ir a ver a mami — pido juntando mis manos — por favor — veo como papá se queda medio en blanco — por fissss, me voy a portar bien, ya termine mi tarea, guarde mis juguetes, recoji mi lado de la habitación y me e portado bien, por favor papá, por favor — pido con los ojos cerrados sintiendo como papá se levanta conmigo cargandome. — Sólo no hay que hacer mucho ruido no lo olvides — asiento con la cabeza abriendo los ojos. — ¿Eso es un si? — pregunto para estar seguro. — Si, es un si — celebró mentalmente el saber que veré a mami. — ¿Le podemos leer un cuento? — pregunto. — Si, así lo haremos — acepta. — Extraño a mami, extraño jugar fútbol con ella y poder bailar con ella — suspiro haciendo un puchero sintiendo como quiero llorar de nuevo. Papá me abraza pero no es igual a mami. Pero me siento seguro y mejor que estando solo. — ¿Es que no te gusta jugar fútbol y bailar conmigo? — bromea haciéndome sonreír entre mis lágrimas. — Papá no te ofendas — suspiro apenado — pero mamá lo hace mejor que tú — me observa ofendido haciendo sonría nervioso. Mamá dice que siempre hable con la verdad. — Me ofendes hijo, me ofendes — me río ante la mueca que hace. — Con el tiempo puede no seas tan malo — apoyo haciendo me vea con los ojos entre cerrados. — Puede — repite el a lo que asiento con la cabeza — claro eso es apoyo — expresa sarcástico haciendo me ría. — Papá debemos ser honestos — respondo a mi defensa. — Y tu eres muy honesto — se queja con fingida ofensa. Succiono mis mejillas haciendo mueca como pez así luego soltarlos. — Sólo espera mamá despierte, ella te enseñará mejor — respondo seguro. — Yo también extraño a mami — sonríe diferente entre triste como sonreímos mis hermanos y yo cuando recordamos a mami. — Ella despertará ¿Verdad papá?
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