Zoé.
Suelo ser una persona demasiado curiosa. En este momento quisiera preguntar, ¿por qué Isaac lo odia tanto? Sus ojos se llenaron de fuego cuando lo vio. No lo entiendo, Antoni es su hermano menor.
—¿Te quedarás por un tiempo?
—Por supuesto, Zoé. Me quedaré a dormir esta noche con mi abuela y después buscaremos una casa para vivir, yo la cuido ella está muy enferma.
—Sí, pude notarlo.
Me pierdo en sus ojos por un momento, ¿cómo puede ser un hombre tan sexy sin querer serlo?
—¡Zoé, la abuela nos espera! —me interrumpe Isaac.
—No te preocupes, hermosa, disfruta tu día y nos veremos más tarde.
Isaac me toma de la mano muy molesto.
Antes de llegar con la abuela se detiene bruscamente.
—¡¿Qué mierda te pasa, Zoé?! No quiero que estés muy cerca de mi maldito hermano.
—¡¿Crees que puedes prohibírmelo?! Te recuerdo que este matrimonio es falso, además, tu hermano es increíble.
—Suspiras como una estúpida por él, ¿piensas que él se fijaría en ti? No lo considero.
—Es verdad, suspire como una estúpida por tu hermano, pero te recuerdo algo, ¿quién es el imbécil al que le fueron infiel? Por algo fue, ¿no? Quizás será, ¿tamaño, por la edad, o simplemente no te funciona? No te confundas cariño y no me provoques, recuerda que satanás antes era un ángel y después un demonio, esto a penas comienza. Además, si yo fuera Valery también te hubiera engaño con tu mejor amigo. ¿Qué pasa, mi amor? ¿Te sientes ofendido?
Él da varios pasos hacia mí hasta que mi espalda toca la pared, me acorrala con sus brazos sosteniéndose de la pared a cada lado. Su sonrisa me hace temblar, sin embargo, intento que no se note.
Él besa mis labios, aunque yo no abro la boca.
—Zoé, no me provoques, ¿sabes lo fácil que es desaparecer a una persona? Podría cortarte en cualquier momento esa hermosa carita, ¿no quieres que eso pase, verdad? Es lo único bonito que tienes.
Es como si sus ojos se oscurecían por un momento, un escalofrío eriza cada bello de mi cuerpo.
—¿Recuerdas a Omar Çecet? Dime...
No puedo evitarlo, mi labio comienza a temblar, es algo que hago desde niña cuando siento miedo o me encuentro amenaza por algo o alguien. No puedo hablar, me siento congelada.
—El turco del que estabas enamorada cuando entraste a mi empresa, le decías a tu mejor amiga Daya que te enamoraste de él. Lloraste cuando él desapareció, pobrecita.
Él pega su cuerpo al mío y siento mis piernas temblar como gelatina. Acerca su boca a mi oído y lo que me dice me deja helada.
—La sangre es difícil de limpiar, pero el dinero lo compra todo, y algo más, nunca lo volverás a ver, su cuerpo fue arrastrando por estas mismas escaleras, Zoé.
—¡¿Por qué lo hiciste?! —Mi voz sale temblorosa.
Él no me responde.
—Vamos, la abuela nos espera, querida esposa.
«No lo entiendo, ¿qué le habrá pasado a este maldito psicópata? ¿Por qué es tan frío y cruel? No tiene corazón».
Unos minutos antes me prometí a mi misma que nunca jamás me haría sentir miedo, me lo jure como mujer.
«¡Vamos, Zoé! Hazlo».
Lo detengo a medias escaleras y ahora soy yo la que lo empujó contra la pared con todas mis fuerzas.
—Bastardo, es la última vez que me amenazas, me importa una mierda si eres un asesino. En tu puta vida me vuelves a amenazar, ahora no tengo nada que perder, ¿me vas a matar y desaparecer mi cuerpo? No puedes hacerlo.
»Puedo ir en este momento y acabar con esta farsa, pero necesito el dinero y librarme de ti, pero anticipadamente te haré pagar por todo. Una noche me equivoque de café y me diste una bofetada que me hizo caer al piso.
Tomo todo el impulso que puedo y se la devuelvo con todas mis fuerzas, él no aparta su mirada de la mía, sus venas se marcan y me siento aterrada, pero no me importa. Su mejilla está roja, él tensa la mandíbula.
Él golpea la pared tres veces haciendo tres agujeros.
Golpeó mi propia mejilla para provocarlo.
—¿Quieres golpearme a mí, querido esposo? Nunca volverás a ponerme una mano encima, te enseñaré como se trata una mujer.
Ahora soy yo la que besa sus labios.
—Ve y limpia tu herida, tus nudillos están destrozados como tu ego en este momento, te espero abajo, esposo.
Termino de bajar las escaleras como lo que soy, una puta reina. Por años de abuso psicológico, en esos dos años lloré cada noche por sus insultos, me sentí culpable hasta el punto que en algún momento por la presión contemple la idea de terminar con mi vida, pero seguí luchando, sabía que este día llegaría.
Solo es el principio.
Me acerco a la abuela y ella me sonríe.
—¿Dónde está tu esposo, querida?
Me inclino y le hablo en voz baja.
—Lo siento, pero queríamos tener intimidad, nos amamos tanto que no podemos estar separados por mucho tiempo.
—Lo entiendo, linda. No te preocupes.
Si él puede mentir, yo también puedo y mejor.
Antoni baja a la sala y me sonríe. Él es perfecto.
—Zoé, ¿todo está bien?
—Sí, lo está.
Isaac baja y comenzamos con las fotografías. Al tomarme de las manos se sienten realmente frías.
En la tarde fui con el chófer por algunas cosas a mi casa y le expliqué a Daya que saldría de viaje con el jefe, no quería mentirle, pero no tengo otra opción, el trato fue que esto no lo puede saber nadie.
El día pasa rápidamente, en la cena es igual, Isaac le inventa a la abuela la forma en que nos conocimos y yo casi ni hablo.
Después de cenar la abuela se va a su habitación, ella dijo que se quedara esta noche al igual que Antoni.
Isaac termina de comer y se levanta sin decir nada. Yo también hago lo mismo.
—Buenas noches, Antoni.
—Buenas noches, cuñada, que descanses.
Alcanzo a Isaac en las escaleras.
—Isaac, ¿en dónde voy a dormir? ¿Cuál es mi habitación?
—Sígueme, me dice de manera fría como de costumbre.
—Por hoy dormirás en mi habitación.
—¡¿Contigo?!
—Tan solo no me violes, sé que debes estar desesperada, te gusto alguien como el bastardo de mi hermano yo soy mejor que él.
—No te creas tan irresistible, no lo eres.
—Puedes dormir en el patio, no me importa, la abuela podría descubrirnos, mientras ella esté durmiendo bajo el mismo techo te quedarías conmigo en mi habitación.
Lo sigo hasta su habitación y al entrar me quedo en shock. Lo primero que hago es ver hacia arriba. ¡No tiene techo! Nunca había entrado a su habitación. Las estrellas se ven hermosas, me arrojó sobre la cama para ver las estrellas por el cristal que reemplaza el techo.
Isaac toma unas pastillas y son muchas, no preguntaré. Después se acuesta y acomoda su almohada.
—¡Esto es increíble, Isaac! Amo las estrellas y tu cama es enorme. Espera, ¿en esta cama tú y la pelirroja...?
—No.
—No te creo.
—No me importa, estoy cansado, duérmete.
Me lavo los dientes y me cambio para dormir. Más tarde regreso y me acuesto, me acomodo y veo las estrellas otra vez. Él está volteado, no tiene camisa, solo pantalones de pijama. Su espalda es ancha y musculosa, no tiene ningún tatuaje.
No lo entiendo, pero me da tanta curiosidad, quiero tocar su espalda.
Él se voltea hacia mí y finjo estar dormida, después abro los ojos y lo observo por un momento.
Apenas puedo ver su rostro por la claridad de la luna que entra por el cristal del techo. Es hermoso, lástima que sea tan cruel, no lo entiendo, pero me siento culpable por golpearlo.
Mi madre siempre me decía, cuando un animal o persona es agresiva es porque sufrió mucho y ese es su método de defensa para no ser lastimado otra vez.
—Isaac... Isaac.
Él no responde.
Toco su brazo, me sorprendo por lo frío que esta, lo cubro con las sábanas.
—No quería hacerte enojar, no soy una mala persona, pero me has lastimado por dos años, la verdad es que me preocupe mucho por tus nudillos cuando te vi sangrando. Te llevé al límite, lo sé. Pero solo quería que sentirás por una vez lo que se siente sentirse molesto e inferior.
Una vez una de sus empleadas me dijo que era de sueño pesado, así que hablo con él para desahogarme, ahora sé que es por las pastillas.
—Sé que tengo 25 años, pero no sabes como extraño a mis padres, ellos me aman y tengo miedo, ¿qué les diré si se enteran?
Lo cubro un poco más y toco su cabello, es suave y sedoso.
—Descansa, jefe psicópata.
Intento dormir, pero no puedo. Veo la hora, ¡las tres de la mañana! Bajo de la cama y abro la puerta con cuidado.
Escucho ruido en la sala y enciendo las luces. Veo a Antoni acostado en el gran sofá de la sala.
—¿Pasa algo, Zoé?
—No, no pasa nada, es solo que no puedo dormir.
—¿Quieres acompañarme y hablar? Yo tampoco puedo dormir.
—¿La diferencia de horario te está afectando?
—Sí, Zoé, y mucho. ¿Quieres una taza de té?
—Sí, gracias.
Antoni se va a la cocina, pero quiero acompañarlo, me levanto y al llegar a la cocina él tiene dos tazas servidas.
—Eres tan impaciente, Zoé.
—Lo siento, yo...
—Zoé, yo no soy mi hermano, no te disculpes por todo, solamente sé tu misma y eso es todo, además, quiero preguntarte algo. No... mejor no, olvídalo.
—Dime, por favor. Puedes preguntar lo que quieras.
—¿En verdad te gusta mi hermano? Es que parece que no se soportan.
Sé que no puedo decir nada, estaría en problemas si lo hago, además Isaac odia a su propio hermano.
—Por supuesto que lo amo, él es un poco serio y muchas veces se molesta por todo, pero es increíble.
Casi me da indigestión al decir eso.
—Entonces me alegro, por ti y por mi hermano.
—Ahora yo tengo una pregunta, ¿por qué él te odia a ti? Eres su hermano menor.
—Lo siento, Zoé. Quisiera hablarte de eso, pero no puedo, mi hermano te lo dirá a su momento, lo único que puedo decirte es que entiendo que me odie, yo actuaría de la misma manera si fuese él, además antes éramos tres.
—¿A qué te refieres? ¿Antes eran tres?
—No me hagas caso, solo hablo porque estoy cansado, siéntate y toma tu taza de té. ¿A dónde irán para la luna de miel?
—No iremos a ninguna parte, tenemos mucho trabajo que hacer.
—¿Sin luna de miel? Eres muy buena para mi hermano, una mujer hermosa, comprensible e inteligente, que envidia.
—¿Envidia? No entiendo.
—No lo tomes a mal, envidia de buena manera, mi hermano es muy afortunado.
Termino con la taza lo antes posible, me siento como nunca me había sentido.
—Antoni, espero que logres descansar, debo estar al lado de mi esposo.
—¿Debes o quieres?
Esa pregunta me descolo por completo.
—¿A qué te refieres?
—Nada, muchas veces solo digo cosas sin sentido, cuñada. Descansa.
Esta mañana desperté temprano como de costumbre, estoy lista para ir a trabajar. Bajo para buscar a Jessica y pedirle el desayuno para Isaac como lo hago todos los días.
Al llegar a la cocina veo a tres mujeres haciendo el desayuno.
—Es la señora de la casa, buenos días.
—¿Quieres son ustedes y las otras empleadas?
—No lo sabemos, señora. El señor Ferrara nos contrató esta mañana y somos las únicas empleadas en este momento.
Busco a Isaac por todas partes, talvez ya se fue a trabajar, cuando desperté ya no estaba. Olvide buscar en su biblioteca, algunas veces lee por las mañanas.
Entro sin tocar y lo veo sentado con un libro en sus manos.
—¡Isaac! ¿Dónde está Jessica y las otras empleadas?
Él no me contesta y continúa como si nada.
—¡Isaac, te estoy hablando!
—Zoé, no me toques las putas bolas tan temprano. Ellas sabían que me iba a cazar con Valery, podrían hablar o decir algo a la abuela, ahora lárgate de mi librería.
Bajo ala sala y veo a la abuela en el sofá. Me acerco y la saludo.
—Querida nieta, ¿cómo estuvo tu primera noche de bodas?
Siento que un nudo se atora en mi garganta, esa pregunta quisiera que la hiciera mi madre al lado de mi padre, también quisiera decir que me fue increíble y que me case con el hombre que amo, pero no fue así.
—Increíble, abuela.
—¿Dónde está tu esposo?
—Aquí, abuela.
Este hombre es un demonio, no lo escuche bajar.
—Mi hermoso nieto, siéntate al lado de tu esposa.
Isaac se sienta a mi lado, coloca su brazo sobre mis hombros.
—Son tan lindos y están tan enamorados.
La abuela en verdad tiene graves problemas en la vista, cualquiera se daría cuenta de que nos odiamos a muerte.
La abuela enciende la televisión y vemos las noticias. Trato de alejarme un poco de Isaac, pero él no me deja y me observa molesto.
No soporto estar tan cerca de él.
Escucho algo en las noticias y llama mi atención.
Esta mañana se encontraron dos cuerpos, el primero es de Valery Cardo y el segundo es de Benjamín Robles. Los forenses buscaron pruebas, pero no se encontró ninguna, la policía aseguró que es un crimen perfecto, muchas investigaciones se llevarán a cabo, más tarde presentaremos nuevas noticias.
Trato de evitarlo, pero mi labio tiembla otra vez y volteo a ver a Isaac. Él besa mis labios y después me dice algo al odio haciendo que mi cuerpo se estremezca.
—Zoé, ahora entiendes que es mala decisión hacerme enojar y jugar conmigo, sé buena chica.
Me acerco y le susurro al odio.
—Tú yo sabemos que aunque quieras no puedes hacerme nada, así que su majestad tendrá que soportar, no te tengo miedo, esposo.
Beso su mejilla y me levanto del sofá.
Me voy a su habitación y me encierro en el baño, le llamó a mamá.
Ella contesta rápidamente.
—¡Mamá!
—Mi pequeña, ¿estás llorando? Tu voz se escucha nasal y triste.
—No, no estoy llorando, bueno si, pero es porque los extraño mucho, quisiera tenerte a mi lado y que acaricies mi caballo como lo hacías cuando era una pequeña niña.
—Zoé, me estás asustando, ¿dime que pasa? Tú eres fuerte.
—Mamá, es que siento que no puedo, yo... no quiero decepcionarlos, pero tengo que decirte la verdad por si algo me pasa.
—Hija, ahora me estás asustando, ¿te están amenazando, estás en peligro? Viajaremos a Nueva York este mismo día.
—No, no me pasa nada, solo los extraño, y quiero decirles que son lo que más amo.
Cuelgo rápidamente y lloro para desahogarme, ¿en qué mierda me metí? Me levanto y limpió mis lágrimas. Abro la puerta y veo a Isaac esperando, trato de correr, pero él me toma del brazo.
—¡No dije nada, déjame!
El limpia mis lágrimas con sus manos y después acaricia mi cabello, aún estoy temblando, por un momento sus ojos no reflejan odio, solamente reflejan dolor.
Después de acariciar mi cabello vuelve su mirada fría y sale de la habitación sin decir nada.
¿Qué es lo que pasa con él?
¡Hola chicas! Regresa la actualización diaria, lo siento por la espera, pero ya no tendrán que esperar más. En esta historia sólo hablaría Zoé, pero no se que dicen ustedes, ¿quieren que Isaac cuente su lado de la historia o solo Zoé? No se pierdan los siguientes capítulos, ¿podrá Zoé hablandar el duro corazón de Isaac? ¿Qué paso para que Isaac odie tanto a su hermano? ¿Quién es el tercero del que no se puede hablar?