La respuesta de la familia Dupont no se hizo esperar. Clara, la esposa de Jacques tomó su bolso e instigó a sus tres hijos a levantarse. Al pasar por el lado de Colette dijo – la policía te investigará y te sacará de aquí. – Llevaré a cabo una investigación, prepárate – dijo Henri – no vas a quedarte con lo que nos pertenece. – ¿De verdad nos vamos a ir? – reclamó Sophie. – Por ahora… Louis fue el último en levantarse y mirarla – felicidades – lo dijo con ironía. Pronto, solo restaron el abogado, el notario y Colette. – Entonces, ¿dónde firmo? – sonrió ella. Tenía dieciséis años la primera vez que pisó esa casa, Louis tenía dieciocho y era mucho más apuesto, atlético y encantador. El tipo de chico que tenía a todas las adolescentes de su internado haciendo fila para verlo solo un m

