Jonás —No lo puedo creer Jonás, te metiste con la testigo. ¿Qué esta mal contigo? Una cosa es que te guste jugar al limite, sabes que apoyo eso al cien por ciento, pero van a sacarte del caso. —miré mal a Daniel, se suponía que había subido para ayudar a calmarme, no para seguir tirándole leña al fuego. En cuanto logré calmarme un poco, Faith nos convenció de subir por un café o en mi caso, un maldito trago. Pero mientras ella lavaba su rostro, a mi me tocaba tratar con este imbécil. —Me importa una mierda el caso. No puedo soportar que se atreviera a tocarla. Lo voy a matar. —un musculo en mi mandíbula se tensó, al recordar como se encontraba mi compañera cuando llegamos. Ella no debería tener que pelear con alguien, exponiéndose a que cualquier cosa pudiera sucederle. Me tenía