Jonás Era la cuarta o la quinta llamada que Faith me rechazaba en lo que iba del día. Desde el día en que me corrió de su casa parece ser lo único que sabe hacer, ignorarme y poner una muralla, cada vez más grande, entre ambos. Por lo poco que pude hablar con Benjamín, ella estaba triste , aunque tratara de mostrarse fuerte. No entendía esa necesidad de mostrarse de una manera y sufrir por ello. Era tan sencillo dejarme ingresar a su vida. Pero no había manera de que me mantuviera alejado, no cuando la posesividad y la necesidad de tenerla cerca eran enormes. Incluso ahora cuando tenía que concentrarme en el caso del cartel Sosa, no podía sacarla de mi cabeza. Necesitaba saber de ella y si no iba a responderme, lo averiguaría por otra parte. Tomé el teléfono y marqué el número que por