Los rayos del sol le dieron en el rostro haciéndola removerse entre los brazos del hombre donde había dormido plácidamente. Suspiró mirando a su alrededor y deteniéndose en el pacífico rostro del padre de su hijo.
La noche anterior la había pasado bien, aún permanecía desnuda bajo la sábana y estaba muy lejos de sentirse incómoda. Deseaba que la noche hubiera sido más larga para poder gozar a su lado, para deleitarse de todo lo que se abstuvo en todo aquel tiempo.
Alzó su mano para acariciar el rostro masculino, entreteniéndose en la incipiente barba y sus definidos labios. Él era hermoso, poseía un atractivo que era imposible ignorar y el cual le había heredado a su hijo.
—Buenos días —murmuró él despertando sin abrir los ojos, su voz siendo varonil y causando estragos en Lili.
—B
