Lili Tenerlo frente a mí seguía siendo abrumador y aquello aumentaba cuando tenía su completa atención, el dolor de la herida había desaparecido y creía poder disimularlo bien para regresar a casa esta tarde. —¿Estás segura? —inquirió alejándose de mí y volviendo a esa máscara de seriedad e indiferencia. —Si, necesito regresar a la ciudad ya. —Bien, ordenaré que preparen un auto para ti —dijo saliendo de la habitación y dejándome sola en el mar de emociones que me producía estar en este lugar y con su compañía. Estaba cambiado, era quizá el único lugar de la casa que cambió por completo, no había ningún rastro de mí en aquella estancia, todo estaba con colores oscuros, la esencia masculina en cada parte de ello, ningún atisbo femenino y fue lo que me hizo cuestionar si Tamara tocó