Sumido en el elixir que le provocaban los labios de su ex esposa, la mujer que seguía amando con todo su ser, la misma que lo destrozó al dejarlo sólo estaba de nuevo en sus brazos, sin oponer resistencia y correspondiéndole de la misma manera apasionada, urgida y cargada de melancolía. Sus delicadas manos se aferraron a sus hombros, sus ojos permanecían cerrados y sus sentidos abiertos, dejando que él túmulo de sensaciones la recorrieran, eximiéndose de cualquier culpa al querer llenar los vacíos que sólo él tenía el poder de hacerlo.
Lejos de querer separarse profundizaron más, las manos moviéndose y explayándose a su espalda, mientras las de él se aferraban a su cintura dominando en el movimientos. Sin poder evitarlo, Lili, soltó un gemido placentero cuando este mordisqueó su labio in
