AXEL 1:27 p.m. Lunes - diciembre - Tus mejillas están coloradas, pecas. Podemos seguir jugando a esto el resto de la tarde, o tal vez prefieras que te muestre. - Sus ojos se abrieron como dos grandes pelotas, sus mejillas pasaban al rojo carmesí. Solté una risa delicada. Me incliné más hacia ella. Sus ojos avellana parecían dos piedras de ámbar con el deslumbrante sol en ellos. La nariz pequeña, las mejillas hinchadas y coloradas, y esos finos labios carmesí le daban un aura de muñeca. Apretó los labios en una ligera línea y negó con la cabeza. - Nunca cambiarás, ¿verdad, Axel? Tal vez por eso seguimos siendo amigos. - Sonreí pícaramente, recorriendo su figura una última vez. - Adiós, Becca. - Le di un beso en la mejilla, la escuché soltar un leve jadeo, haciéndome sonreír. - Te ve