El reloj enorme en la sala comenzo a sonar, marcando con claridad que eran las 12:00 de la noche, justo en ese momento en la puerta se escucharon golpecitos leves, al mismo tiempo repetitivos, Alba se levanto lentamente de la cama, se puso los zapatos que le habían comprado y se acerco a la puerta lentamente, al abrirla ahi estaba ella, no era una señora mayor, por el contrario era una joven no muy mayor, parecia tener unos 24 años en edad humana, en silencio la siguio por largos e interminables pasillos, sus piernas estaban agotadas y aun así continuo sin quejarse, no quería sonar mal, mucho menos ser una molestia para la mucama.
Tengo miedo, temo a que ese hombre sea la persona menos indicada para cuidar de mi, así mismo me aterra pensar que la señora Camila puede temerme, no deseo que se aleje de mi. Mi abuelo y Leo han muerto, me han dejado de lado aun cuando prometieron no abandonarme.
Sus palabras contenian engaños, ¿cuanto tiempo pensaban seguir mintiendo? si ese hombre no hubiera aparecido ¿me engañarian por mas tiempo?
El trayecto no parecia tener fin, los pasillos eran demasiado largos para ser simples pasillos, la tenue iluminación casi no permitia que se pudiera observar con claridad el sitio, era raro que una casa tan inmensa tuviera pasillos tan largos, de pronto se detuvieron enfrente de una pared blanca, a penas se podía distinguir el color con la poca luz que iluminaba, la muchacha presiono uno de los costados y la pared se movio hacia un lado, dejando ver un sin fin de escaleras nuevamente, de solo verlas Alba lanzo un largo suspiro, realmente no comprendía porque existia un pasillo oculto como ese en la inmensa casa, tras haber caminado el largo tramo, se encontro con una habitación hasta el final, la puerta se abrio, Alvaro la estaba esperando, el hombre no permitio que la muchacha entrara, la corrio casi a gritos y le prohibio comentar lo que habia visto con una amenaza.
Él es aterrador, no me gusta como actua, ni como se expresa.
Por primera vez la pequeña se sintio un tanto nerviosa, el hombre frente a ella parecia un depredador, con una sonrisa en su rostro la invito sentarse en el asiento de enfrente, cuando lo hizo pronto se vio encadenada al asiento, sus muñecas y piernas fueron apresadas, incluso su cuello fue obligado a permanecer recto sin poder hacer un movimiento.
—¿Que es esto? ¿Porque me has hecho esto?—le pregunto confundida, Alba nunca penso que sería tratada de esa manera, nunca penso que no sería una platica tranquila, el sujeto enfrentr acaricio su frente y susurro—aguanta un poco, este es un pequeño sacrifio, para que Camila no se entere de lo que eres, tendre que administrarte algo, tú crecimiento se detendra, tendras el cuerpo de un humano por algun tiempo, poco a poco podrás parecer un humano—incluso si estas palabras sonaban prometedoras, la niña ya no sabia si realmente debia confiar en él, el motivo era simple, si su propia familia la habia vendido, ¿como podría creer en un desconocido que mato para no pagar?, en ese momento su elección fue creer a ciegas aun cuando su mente la contradijo, ya no tenia a donde volver, tanto Leo como su abuelo la habian dejado a su suerte.
Al no saber que sería de ella si se negaba a lo que dijo Alvaro termino asintiendo en silencio, el hombre saco un frasco y succiono el liquido con la aguja, el liquido pronto se encontro en su sistema circulatorio, al principio no hubo dolor, sin embargo, luego comenzo a quemarle toda la piel, el dolor era muy desgarrante que la joven pensaba que moriría.
No sabia que era sentir dolor, nunca lo habia sentido, si, me habia lastimado millones de veces pero el sufrir por algo no era normal en ninguno de nosotros, ni el abuelo, ni Leo sienten dolor, ¿entonces porque esto es distinto?.
Mi piel ardía, sentia que me estaba quemando viva, mi cuerpo se estaba quemando internamente y lo único que podía hacer era soportarlo, soportar hasta que todo finalizara, a mi lado el señor Alvaro registra algo en un cuaderno, ¿en verdad lo hace por mi o hay algo más?
¿Porque tengo que aceptar? ¿por miedo? o ¿porque no quiero perder lo que creo que he conseguido?
Poco a poco la consciencia de la joven se va perdiendo, siente que la cabeza le da vueltas, se siente mareada, asqueada, tiene ganas de vomitar más no puede, comienza a cabecear y cuando pierde casí la consciencia se da cuenta de la sonrisa en el rostro de Alvaro.
Él tambien la ha engañado.
—Alba—murmura su nombre cerca del asiento en el que esta atada con las cadenas del material más duro que puede existir, con voz amable murmura nuevamente—Alba, ¿te encuentras bien?—los ojos adormilados de la pequeña niña se abren y cierran, de sus labios salen susurros inaudibles que no se alcanza a distinguir para nada—habla un poco más alto Alba, no puedo escucharte.
Su voz es casí como un hilo roto—L-le-Leo—menciona una y otra vez estando adormilada, Alvaro no entiende porque es la unica persona a la que llama, en realidad lo que acaba de inyectarle no es más que un alucinogeno, Alvaro quiere que ella le diga donde se encuentran los otros que son como ella, quiere un autentico especimen, no un vampiro de sangre mixta como lo es Alba.
La pequeña en ningun momento deja de llamar el mismo nombre, Álvaro intuye que hay algo escondido en la historia que le dio Erick antes de asesinarlo.
—¿Alba, quien es Leo?—cuestiona el hombre de manera suave, la chica en medio de la ilusión se suelta llorando, grita palabras inaudibles, el sujeto no comprende la razón del dolor de esa pequeña, en sus murmullos alcanza a escuchar un par de suplicas—No me dejes, no me dejes, ¿que fue lo que hice mal?
*Flashback*
No tengas miedo, incluso si haces algo mal estare contigo, voy a sostener tu mano eternamente—musito mientras apretaba mi mano con la suya, su toque era frío, estaba acostumbrada a él, no me daba miedo, por el contrario, me alegraba saber que estaría conmigo—Alba, tú puedes.
Señalo una estrella bajo el cielo nocturno y sonrio calidamente—Eres igual a esa estrella—señalo al cielo riendo, ¿una estrella?—brillas como ellas, tú nombre debio tener el significado de ellas—acaricio mi cabeza amablemente y beso mi mejilla.
...
Correr es igual a ser libre—musito riendose, tomo mi mano y tiro de ella hasta llevarme a un viejo roble, estaba viejo, seguro iba a morir, entendio mis pensamientos y nego repetidas veces—No va a morir, sera libre, ese arbol tendra finalmente la libertad que desea.
*Fin del flashback*