Una mirada, una sola mirada puede hacerte sentir, sin decir palabra la persona la más afortunada, la persona más amada de todo el mundo, pero también pasa todo lo contrario como en mi caso en este momento. Estoy frente a mi familia sintiéndome patética y poca cosa bajo cuatro pares de ojos tan idénticos, pertenecientes a mi madre y hermanos los cuales me observan con asco y desprecio, haciendo que algo dentro de mi duela, pero no lo demuestro. - ¿me quieres explicar que significa esto? – pregunta mi padre furioso frente a mí al ver a mi asistente y abogados. – Raina - Padre – hablo haciéndole una señal a uno de mis abogados para que tome su portátil – no puedo aceptar – hablo refiriéndome a la conversación de la noche anterior – vengo con mis abogados y asistente como te