Entro con cuidado en el despacho de Lorenzo y camino con las muletas. Me quedo maravillada al ver que tiene toda una pared llena de recortes de periódicos, fotos y varios hilos cruzan un extremo y otro de la pared, relacionando todo. Esto es mucho mejor que lo mío. Esto es todo un trabajo de investigación de muchos años.
Me siento en la silla de su despacho y observo la pared de nuevo. Veo que el escritorio está ordenado y hay varias carpetas al lado de su ordenador. Las abro y lo primero que veo son fotografías de cámaras de seguridad.
Al darles la vuelta el aire se queda atrapado en mi garganta cuando las letras queman mi retina
Matteo Lombardi.
Está aquí y eso me pone los pelos de punta porque toda Italia sabe lo que él hizo. Sabe cómo llenó de terror las calles del país. Saben los
