Voy en mi vespa al lugar donde hemos quedado y acomodo bien mi vestido cuando entro al bar, que tiene ambiente. Supongo que meterme en un bar lleno de italianos que han salido del trabajo y están deseando algo de fiesta no era mi plan, pero, aquí estaba. Ella me saluda desde la barra y me siento en el taburete que tiene guardado para mí. — Pensaba en algo más tranquilo —grito por encima de la música. — No seas aburrida —mueve su mano con desdén—. Ponme una cerveza cuando puedas —le grita a la camarera. Lleva un chaleco n***o con transparencias y unos tacones de infarto están en sus pies. Supongo que no voy adecuada para el momento. Mis converse y este vestido no ha sido algo acertado. Junto mis labios y hago una mueca. Intento relajarme y muevo mis hombros hacia atrás. ¿Qué más da