Un día de locos

1988 Palabras

Al otro día, Rodrigo tuvo que venir a casa porque mi padre le pidió que pintara unas paredes de la sala. Mi mamá se fue a hacer unas compras, así que quedamos solos. Estamos almorzando en un absoluto silencio a causa de la incomodidad. Hasta que la puerta principal se abre y al instante entra mi madre a la cocina. —Uf, hice más rápido de lo que esperaba —comenta dejando las cosas sobre la mesada. Nos mira—. Ah, están almorzando, qué bueno. —Arquea las cejas al ver a Rodrigo sin camisa, pero no dice nada—. Hace mucho calor, chicos, hidrátense bien. Empieza a guardar las cosas como una loca en la alacena y me dispongo a ayudarla, pero hace un gesto con la mano y me manda a seguir comiendo. Rodrigo le comenta del avance de las luces y ella lo felicita antes de reírse. —Eso significa que m

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