Rodrigo me da postre en la boca cada tanto, provocando más dulzura en el ambiente. —Agus me ayudó a hacer el tiramisú —comenta mi mamá sonriendo. —Mm, con razón está tan bueno —opina mi novio. —Se me fue el hambre —agrega mi hermano con la boca llena. Me río. —Hay una pastelería cerca de la radio a la que voy siempre. Una pareja de pasteleros hace unas tortas espectaculares, aunque una vez fui y había un chico gimiendo. —Nos reímos y miro a mi pareja—. Tenemos que ir un día ahí, cuando vayas de vacaciones. —Arquea las cejas y asiente con la cabeza. —Es una excelente idea, preciosa. —Cacho, podemos abrir el champagne que traje —comenta mi tío—. Así brindamos el año nuevo. —Perfecto, ahora cuando terminemos el postre brindamos —responde mi papá. Dejo de prestar atención a la char