—¿Qué hiciste qué? —chilla Delia al verme entrando con una bolsa enorme y después de avisarle que me compré un vestido—. ¡Es una locura! ¡Ni siquiera sabés cuándo te casas!
—¡Ya lo sé! —Sonrío de oreja a oreja y ella suelta un bufido de sorpresa—. ¡No me importa hacer locuras por Rodrigo!
—Ese hombre realmente te encanta. —Esboza una sonrisa y niega con la cabeza examinando el atuendo—. ¡No puedo creer que te hayas probado vestidos sin mí! ¡No es justo! —Hace puchero y suelto una carcajada.
—¡Me lo pongo para que lo veas! ¿Querés?
Hace una mueca pensativa, pero termina aceptando y me empuja para que vaya a ponérmelo de nuevo. Siento que usarlo tantas veces antes de casarme queda raro, pero estoy tan ansiosa que lo llevaría todo el día puesto.
Salgo de la habitación y ella me está
