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1222 Palabras
KENDALL… Al llegar a casa después de un intenso día, me acuesto sobre mi cama mientras observó el hermoso anillo que descansa en el dedo anular en mi mano izquierda. Me voy a casar, pienso por primera vez en el día. ¿en qué momento mi vida dio semejante giro? En una semana seré la esposa de un empresario multimillonario y me asusta la idea. Observo a mi alrededor lo que hay en el apartamento, nada de lo que hay aquí me pertenece a excepción de los libros y la ropa.  Así que sin más me pongo a organizar mis libros y mi ropa. Me paso el resto de la noche ordenando el apartamento para la entregarlo al otro día. Cuando ya he guardado todo, mi alarma suena indicándome que debo irme para la universidad, así que voy al baño y me ducho rápidamente, decido vestirme con un Jean roto en las rodillas, tenis y blusa blanca, junto a una chaqueta café, me trenza el cabello. Tomo mi morral y salgo del apartamento, voy hasta el apartamento donde vive mi casero y después de unos minutos de hablar con el acepta la entrega del apartamento. Cuando salgo a la calle me sorprendo al encontrar a Erick esperándome, lentamente me acerco a él. -              Hola Erick – lo saludo y él a mí - ¿qué haces aquí? -              Vinimos a recogerla para llevarla a la universidad – me dice abriéndome la puerta del asiento de atrás y me sorprendo al ver a Alejandro esperándome. -              ¿qué haces aquí? – le pregunto aún subirme al auto. -              Vine a llevarte a la universidad – me dice observándome molesto – por cierto, buenos días -              Me queda a unas calles, no necesito que vengas por mí – le digo cerrando la puerta en su cara para luego comenzar a caminar rumbo a la universidad, sin embargo, al llevar unos diez pasos siento como me cargan sobre su hombro. - pero ¡¿qué haces?!  – grito mientras él camino de vuelta al auto. -              Llevarte a la universidad – me dice metiéndole al auto y luego entra él. – vamos Erick -              ¡¿estás loco?! – grito y él sonríe -              Calma fiera, sólo quiero llevarte a la universidad y recordarte que en la tarde te mudas – me dice riendo -              No lo he olvidado idiota – le digo y él alza una ceja -              Pero que boquita, también quería hablarte de otra cosa, está noche iremos a cenar con mi madre – me dice y me dan ganas de lanzarme del auto – ella te ayudará a organizar la boda. -              Quiero algo sencillo – le digo y el asiente -              Será como tú quieras – dice y justo en ese momento el auto de detiene. – vendré por ti a la salida para que vayamos por tus cosas. -              Lo que digas – digo y trato de salir, pero él me detiene y de repente junta sus labios a los míos besándome de forma lenta pero apasionada trato de resistirme, pero terminó cediendo. -              No vemos más tarde – me dice dejándome impactada, sin decir una palabra me bajo del auto y me voy directo a clase -              No vemos más tarde – me dice dejándome impactada, sin decir una palabra me bajo del auto y me voy directo a clase. ALEJANDRO…  La veo bajarse del auto sin decir una palabra, el sabor de sus labios me encantó, sonrió mientras la veo caminar hasta perderse de vista. Esa mujer va a volver loco, pienso mientras Erick pone en marcha el auto. Al llegar a la empresa, subo rápidamente a mi oficina y al entrar me encuentro con mi madre. -              No creí que llegarás tan rápido – digo y ella se pone de pie camina hasta mi para darme un beso en la mejilla. -              Cariño, en una semana te casas y quiero ayudarte con eso – me dice mientras caminamos hasta uno de los sofás que hay en mi oficina y nos sentamos allí - ¿y bien? ¿Cuándo la conoceré? -              Esta noche – le digo y ella levanta una ceja. -              Por qué no la llamas y almorzamos los tres – me insiste y yo sonrió. -              Madre en este momento ella está en clase y no sale hasta las cuatro – le explicó y ella frunce el ceño. -              ¿Cuántos años tiene? – pregunta perpleja lo que causa gracia. -              Veinticuatro – le respondo y ella me observa enojada -              Es muy joven -              ¿me estás diciendo viejo? – digo con fingido enojo. -              Hijo eres once años mayor para ella – me dice y yo sonrió al pensar que eso en ningún momento paso por mi mente. -              Esta noche la conocerás y te aseguro que se llevarán de maravilla – le digo besando su frente. -              Ya veremos – dice poniéndose de pie -              Te dejo trabajar – dice besando mi mejilla – te amo cariño -              Tu y yo tenemos que hablar sobre lo que has hecho en los últimos meses – le advierto y ella sonríe. -              Hoy no – dice para después irse dejándome sólo en la oficina. El resto del día Kendall no sale de mi mente y es algo que me comienza a molestar, la sensación de sus labios junto a los míos es algo que no he podido olvidar y lo mejor de todo es que ella será mi esposa y podré hacerlo cada vez que quiera. Cuando son las tres treinta, salgo de mi oficina dejando todo listo para la cena de esta noche, me despido de Carlos para luego bajar hasta el estacionamiento donde me espera Erick con el auto listo para ir a la universidad. Cuando llegamos aún faltan algunos minutos para que ellos salgan así que decido revisar mi correo electrónico por si hay alguna novedad de las empresas, luego de unos minutos observó de nuevo hacia la universidad y la veo salir junto a un chico más o menos de su edad, ellos hablan alegremente y ella ríe ante algo de lo que él le dice. Siento como mi respiración se acelera mientras mi enojo despierta. Me bajo rápidamente del auto y camino hasta ellos. -              ¿qué haces aquí? – pregunta ella al verme. ¿qué crees chiquita? Pienso molesto. -              Vine por ti – le digo y ella me fulmina con la mirada, me vuelvo hacia el chico quien parece matarme con la mirada. - ¿y usted es? -              Scott Palmer – se presenta extendiendo su mano hacia mí. -              Alejandro Wolf – respondo estrechando su mano – soy el prometido de Kendall. – digo y el chico abre los ojos como platos mientras Kendall se tapa el rostro con la mano. -              No sabía que tenías novio – le pregunta el chico a ella ignorándome.  -              No es lo que crees Scott – comienza a decir ella así que decido intervenir. -              Un gusto en conocerte, pero debemos irnos, que tenga un buen día – le digo mientras la tomó del brazo delicadamente y caminamos hasta el auto, una vez que entramos ella estalla. -              ¿qué demonios acaba de pasar? – me pregunta furiosa pero no yo sé que acaba de pasar. 
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