Después de avisarle a Cass que probablemente dormiría en el auto, mientras esperábamos que recargaran la estación. Nos quedamos en silencio, cada uno en su mundo. —¿Alguien tiene hambre?—retumbó el sonido de la voz de Hals. Nos miramos entre sí y asentimos con certeza. —¿Me acompañan chicas?—pregunto Hals.—, Busquemos un mini-market y compremos algo de comer. —¿Y nosotros qué, estamos pintados? ¡De ninguna manera saldrán solas por ahí!—habló mi compañero silencioso. Rodee los ojos, mire a becky y ella asintió. Pasé por encima de Harry y Harvey al asiento del medio, abrí la puerta y bajé del auto. Hals y beck hicieron lo mismo. —¡Ya volvemos!—aseguro. —¡Esperen, no vayan solas!—espetó Harvey. Intentó volver a abrir la puerta, pero fue tarde, Hals sonrió victoriosa y presiono la ala