¿A qué más podía ser que fuera mi madre a la oficina que a molestar? Tal parece que era lo único que sabía hacer… ¡Molestarme pidiéndome que volviera con mi ex novio! Marta – Ja ja ja ¡No me lo creo! Sara – No entiendo qué es lo que te da tanta gracia de esto… Marta – Pues que al menos su presencia y su temita recurrente sirvió para que te abrazara ese bombón ja ja ja Sara – Ja ja ja ¿Le tengo que agradecer? ¿Eso es lo que me quieres decir? Marta – Pues… deberías… (fruncí el seño, aunque no podía verme) Al menos para calmar los ánimos, porque la que se te viene con ella… ¡Será para alquilar balcones! Sara – Ja ja ja Lo sé… Marta – Sobre todo ahora que le conoce… ¡No soportará que salgas con tu asistente! Sara – Pff… sinceramente me importa bien poco lo que piense mi madre. En tant

