El Templo de Baco, esa icónica construcción sencilla en lo alto de la pequeña colina que celebra a Baco, el dios mitológico del vino y la diversión y que resulta súper instagrameable por estas épocas, estaba encendido con pequeñas luces doradas y tenía colocada una pancarta que decía... "Novia... ¿Quieres ser mi Jefa?".
Tenía una mezcla de sentimientos. Pero había solamente un dios griego que podía ser el artífice de tal obra de arte y ese, era Andrés Canales, a quien encontré al cabo de unos segundos, apoyado en una de las columnas, con una rosa en la mano igual a la que hacía algunas semanas había dejado en mi oficina junto a los chocolates que odiaba.
Llorando de emoción y riendo a carcajadas por sus ocurrencias, corrí hacia su posición y me paré frente a él mirándolo con una mezcla d
