Hacía ya dos meses que habíamos vuelto a Madrid de nuestras primeras vacaciones juntos en el Caribe, y hacía quince días, que recibía en mi móvil unos mensajes muy extraños.
- “Te extraño”
- “Háblame”
- “Quiero verte”
- “Hay cosas que debes saber”
- “No todo es como imaginas”
Al principio no hice caso y, a pesar de que se repetían las mismas frases una y otra vez, no respondía ni siquiera para preguntar de quién se trataba, pues no conocía el número y no le daba importancia.
Pero luego, cuando en una ocasión fui a ver a mi abuela entre semana porque estaba algo enferma, y mi madre me hizo un comentario, comprendí de dónde provenían esos mensajes…
Luisa - ¡Hija! (tratando de disimular su alegría) ¿Sabes quién ha vuelto al barrio? ¡Pabl
