Andrés
No sabía cómo tomar lo que había pasado.
Ya no me importaba a quién de las pocas personas que sabían de la sorpresa que estaba preparando se le había escapado la información. Lo único que necesitaba comprender ahora era qué rayos se le estaba pasando a Sara por la cabeza, y por qué había reaccionado de esa manera al enterarse.
Porque bien pudo callarse la boca y fingir sorpresa cuando le diera el anillo. O bien pudo decirme que lo sabía y ya… ¡Pero reaccionó de una manera que jamás habría esperado! Tanto, que me había sacado completamente de mis casillas, y no soy una persona a la que sea fácil sacarla de su eje.
Era viernes y no volví a saber de ella sino hasta el lunes cuando nos vimos en la empresa y nos tratamos literalmente como empleado y jefa.
Y lo mismo al día siguiente
