Luego de guardar la caja de terciopelo roja una vez más en el bolsillo interno de mi chaqueta, y de asegurarme que el cierre de la misma no permitirá que se caiga, entro al edificio. No sé si era yo que estaba muy concentrado en Sara, o realmente Tania no me había vuelto a insinuar nada hasta ahora… ¡Hasta hoy! Tania - ¡Andy! ¡Ven! (llamándome, estirando su mano por encima del escritorio de la recepción) ¡Esperen! ¿Acaso me había llamado Andy? No podía creerlo… ¡Nadie me llamaba así desde el colegio! Andrés - ¿Qué pasa, Tania? ¡Buenos días! (saludándola con dos besos al acercarme, aunque de bastante mala gana pues quería subir de una vez a la oficina de Sara) Tania - Si no tienes con quién ir a Cancún, ¡estoy disponible! (dijo apretando sus brazos hasta que su escote me mostró

