1 de febrero, 2018 Comienza el mes del amor. Se nota en el aire, en las parejas que pasan tomadas de la mano, en los vendedores de flores y chocolates, en las películas de San Valentín que pasan en la televisión y que yo miro mientras como brownies con el pijama puesto y un paquete de pañuelos sobre la mesita de luz. Soy cursi, lo sé, y bastante masoquista, sobre todo porque mis películas favoritas son esas en las que el enamorado muere. Acostada en la cama, con las luces apagadas y los créditos finales de Bajo la misma estrella, mis párpados comienzan a pesar. Suspiro, ya parezco una vieja por quedarme dormida con la tele encendida, así que la apago. Tapada con la sábana, pero con un pie afuera para no tener calor, me dejo llevar por el sueño, un sueño que se corta en cuanto escucho re