Me aclaro la voz y me encojo de hombros para darme más tiempo de decidir lo que voy a hacer. Él resopla con impaciencia y sigue batiendo la crema. —La verdad… —empiezo— es que no me podía dormir por culpa de tu adorada novia y tu hermano. Estaban peleando a los gritos, es imposible dormir así. Además, ¿por qué están en tu casa? —Les di la llave porque necesito que me traigan una bolsa de harina. Es raro que no hayan vuelto todavía… —frunce el ceño y luego sonríe mientras sacude la cabeza— Lo de las peleas es completamente normal, no te preocupes. ¿Esta vez por qué era? Debe ser porque Joaquín se pasó de copas en la boda de nuestro compañero. —Mmm… —me muerdo el interior de la mejilla para intentar no hablar de más, pero la sinceridad es más fuerte que yo— Se peleaban porque… bueno, es