29 de enero, 2018 Otra vez lunes. Luego de descansar el fin de semana, me encuentro abriendo la pastelería nuevamente. En una mano tengo los diarios que le compré a Jorge y con la otra intento abrir sin éxito la puerta del local. No sé por qué de repente la llave no entra en la cerradura. La miro por un instante y me doy cuenta, ¡es la llave de mi casa! Estoy tan dormida que ni había notado el error que estoy cometiendo. Coloco la llave correspondiente en el candado y prosigo con la apertura del negocio. Acomodo las sillas, pongo los periódicos en su lugar, paso el trapo rápidamente y cambio el cartel de Cerrado por Abierto. Me dirijo a la cocina y comienzo a preparar las mezclas que me faltan, quizás un cupcake de limón con frutos del bosque es la mejor opción para un lunes caluroso