Fin

1918 Palabras

-Sebastián- No puedo dejar de mirarla como un idiota ni por un instante, si aún no puedo creer que pude recuperarla. Y como si fuese poco, he redoblado la felicidad con el orgullo de convertirnos en una familia. Se adelanta a sacar la llave de su bolso y abre la puerta de su departamento, invitándome a pasar mientras ella abre los rollers de los grandes ventanales mostrando la magnífica vista de Londres. La que elegí para ella. El cabello rojizo le cae por el rostro en contraste con su piel tan clara y el corto vestido se ajusta en los lugares precisos de su cuerpo exhibiendo sus esbeltas piernas. Trago fuerte deleitándome con su belleza y sonrío complacido por el espectáculo de tenerla en casa. — ¿Te gustaría tomar algo en especial? –ofrece, contorneándose hasta la cocina desde

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR