FAITH —¡Hoy voy a llegar algo tarde! —grité para salir escopetada de casa cuanto antes y librarme de una bronca—. ¡Adiós! —Eh eh, espera. Frené a un paso de la puerta y giré ligeramente el cuello para ver a mi padre. —¿Qué pasa? —Que ya hemos hablado de esto, Faith. Ese chico no nos gusta. Y de nuevo el tema. Ellos no lo entendían pero gracias a Nathaniel el instituto era mucho más llevadero y la vida era mucho mejor. ¿Qué pasaba? ¿Qué había llegado tarde un par de veces? ¿Que las matemáticas se me daban peor que en el colegio y sacaba peores notas en álgebra? —Pero a mi sí... Llegaré antes de las once, lo prometo. Sólo voy a ver su partido de baloncesto y estaré de vuelta. —A las diez aquí —sentenció. —¡Guay! ¡Adiós! Seguramente le hubieran aceptado menos sabiendo que solía espe