Aldren veía a estos extraños y lo único que sentía era desconcierto. —No hay nadie que haya llegado recientemente, yo vivo aquí desde hace muchos años y mi discípulo vino aquí hace algunos a aprender a cazar y vivir por su cuenta, me lo dejó un amigo mío llamado Pris, pueden irse sabiendo que no hay ningún fugitivo aquí —los oficiales y hombres que acompañaban a estos no hicieron nada mientras miraban a Aldren con desdén y asentían con la cabeza. —Entendemos amigo, no queremos causar problemas, si ves a alguna persona sospechosa o quizás a un grupo que venga con ropas muy simples, puedes avisarnos usando esto —el hombre que estaba hablando le extendió a Aldren una piedra con un símbolo escrito en el—, si lo rompes enviaras una señal a nuestra piedra haciendo que se rompa, indicando que a