Preparaciones

1498 Palabras
Otros estudiantes estaban buscando pelea cada vez que lo veían, el caminaba por las calles sin preocuparse por ello, si querían pelea él se las daría, no retrocedería por nada del mundo, no volvería a sufrir la misma derrota dos veces si de él dependía. Y de ser el caso se aseguraría que eventualmente el otro perdiera más de lo que imaginaba, de pronto se encontró lanzando un puñetazo y otro a cada cual que se encontraba hasta que un destello eléctrico en sus manos lo sobresalto. Alex despertó conmocionado y con los puños apretados en un cuarto con Rubin, un doctor y Warren, estaba un poco mareado y se sentía débil pero el recuerdo del sueño que acababa de tener le empezó a dar fuerzas. —¡Hey, miren, ha despertado! —dijo Rubin a los otros dos con entuciasmo. —¿Cómo te sientes muchacho? —pregunto el doctor a Alex que se acercaba a inspeccionarlo. —Cansado, ¿Cómo termino la pelea? —respondió Alex que solo recordaba haber atacado lleno de confianza en sí mismo, pensó de inmediato que había sido un imbécil y que había perdido otra vez por exceso de confianza, pero al menos estaba aliviado de seguir con vida. —Lo derrotaste Alex, ¿no lo recuerdas? —dijo Warren a Alex, viendo con detenimiento a este último con una expresión de extrañeza. —Si, ahora empiezo a recordar, ¿y los guantes? —dijo Alex ya pudiendo recordar todo, pero pensando en ello como alucinaciones suyas o un sueño que se había colado a la realidad. —Te lo tuvimos que quitar —dijo el doctor a Alex. —¿Por qué? —dijo Alex exaltado. —Porque fue este el que te desmayo, no sabes usar su poder —dijo Warren a Alex muy serio mientras le encajaba una mirada severa. —Tienes que descansar muchacho, pero viendo como esta, no creo que haya sufrido nada grabe, solo es cansancio —dijo el doctor primero a Alex y luego a Rubin. —Bueno doctor, muchas gracias, Warren, llévalo al carruaje —dijo Rubin mientras le pagaba al doctor. Así salieron de las fosas de lucha y llevaron a todos a la casa de Rubin, con el extremadamente feliz por los acontecimientos que acababan de suceder. Todos fueron rápido a sus respectivos cuartos ya que era de noche y todos estaban cansados, todos menos Piter. —Hey, Alex —susurraba Piter a Alex que estaba descansado. —¿Qué quieres? —respondió Alex algo gruñón a Piter. —Felicidades por ganar a Cracio, todos pensamos que morirías de forma horrenda, rápida, como papilla en el suelo, pero al final ganaste —dijo Piter con alegría y una sonrisa en su rostro a Alex. —Gracias Piter puto chico sin filtro, pero quiero descansar —dijo Alex a Piter cerrando los ojos. —Oooohhh vamos amigo, quiero saber detalles, ¿Cómo supiste usar esa arma magica?, aunque Rubin o Warren intentaron usarla muchas veces nunca descifraron cómo —Dijo Piter a Alex muy interesado en eso. —No lo sé Piter, solo me los puse y ya, ahora vete y déjame dormir —dijo Alex a Piter con lentitud y cansancio. —Pero… —replico Piter a Alex, pero en medio de la oración Alex lo miro muy molesto, Piter entendió y se fue silbando de allí. Al día siguiente Rubin se aparecio por la arena de entrenamiento con alguien, moreno, de cabellos negros, atlético, con ojos verdes, esta persona no llevaba grilletes comunes, sus dos manos estaban puestas en lo que era un solo guante de metal con dos candados, muy grueso y pesado. —Buenos días a todos, Warren, aquí te traigo al quinto, con él y los demás viajaremos a Haldor para el torneo, estoy seguro que llegaremos lejos —decía Rubin a todos los presentes lleno de emoción mientras palmeaba levemente la espalda de su nuevo esclavo. —¿Y quién es este? ¿Cuánto gastaste esta vez Rubin? —pregunto Warren a Rubin preocupado por ser lo que él pensaba que seria, moviendo la cabeza mientras que una de sus manos la sostenía. —Es un asesino del desierto rojo, su nombre es Jinsen, lo iban a matar, pero soborne a los guardias para que no lo hicieran, se podría decir que lo compre barato, además le ofrecí un trato, si pelea por mí, vivirá bien y si gana le pagare además que eventualmente será libre —dijo Rubin a Warren contento por su trato. Warren jalo a Rubin a un lado para conversar. —Rubin, no se puede confiar en los asesinos del desierto, todos son timadores y hábiles para escapar, nunca siguen las reglas, es demasiado arriesgado, yo siempre he sido tu amigo, escúchame, debes entregarlo a los guardias —le decía Warren a Rubin, con preocupación por lo que le pueda pasar a su amigo. —Vamos Warren, seguro no pasa nada, será un buen aditamento, en la tarde saldremos, así que tenlos preparados, y lo que me pediste para Alex, aquí lo tienes —decía Rubin feliz y despreocupado a Warren que movía su cabeza frunciendo el ceño en señal de desaprobación, mientras tomaba la pequeña roca que Rubin le había dado. Al irse Rubin, dejaron a Jinsen con los demás, el único que se acercó a socializar con él fue Piter. —Hola, ¿tu nombre es Jinsen verdad?, pude escucharlo de la conversación de hace rato, dime, ¿Cómo atraparon a un asesino como tú? —dijo Piter a Jinsen muy interesado por saber más de esta persona sin ningún tipo de malicia. —Deberías mantener la boca cerrada escoria —respondió Jinsen a Piter dándole una mirada fría y poniéndose ligeramente de lado un movimiento muy leve. —Hey, cálmate con esa actitud, anda, dilo, no te cuesta nada —decía Piter a Jinsen mientas se movía a su alrededor viéndolo y sonriendo. En ese momento Jinsen se movió a gran velocidad, calculo donde estaría Piter en milésimas de segundo y ataco dándole una patada giratoria directo en la cara, patada que lo mando volando y luego hizo que rodara en el suelo. Por suerte Piter reacciono poniendo su mano para amortiguar un poco el golpe, aun con esas la fuerza de esa patada era tan monstruosa que atravesó esa defensa y le hizo daño de todas formas. Todos voltearon a ver que había ocurrido, pero solo Alex se acercó a ver como estaba Piter. —Oye, el solo estaba siendo curioso, si no le decías nada por un rato perdería el interés, no tenías por qué golpearlo y ser así de idiota —dijo Alex a Jinsen, mientras levantaba a Piter que estaba algo mareado por el golpe. —Cállate, ¿o quieres que te patee también? —decía Jinsen a Alex con hostilidad. —¿Patear a quien tonto? —respondió Alex a Jinsen algo enfurecido por esa actitud, el primero se levantó y dirigiendo su acción hacia el segundo intento golpearlo moviéndose a gran velocidad. Justo cuando Jinsen iba a patear a Alex y este a su vez golpearlo, Warren apareció como llamado por la providencia, sosteniendo a Alex por un lado y apuntando con una espada al otro logrando que se distancien. —Ustedes dos, cálmense, Alex lleva a Piter a su cama, Jinsen, una más y serás castigado —dijo Warren a los dos. Alex hizo caso a Warren y llevo a Piter a su cama, mientras Jinsen solo camino a otro sitio. —¡Hey, Alex, ven aquí! —Llamo Warren a Alex después del altercado llevando varias cosas en una bolsa. —¿Qué paso Warren? —Toma, con esto podrás entrenar tu flujo de energía, cuando lo tomes trata de disminuir la cantidad de poder que saques, así cuando uses los guantes no gastaras toda tu energía —dijo Warren a Alex mientras le entregaba esa pequeña piedra. En el preciso instante en el que Alex lo toco sintió como algo iba de el a la piedra y estática comenzó a formarse de inmediato, el guardo de inmediato esa piedra en la bolsa que Warren le había dado sorprendido por la reacción. Luego de un rato Rubin llego con una gran carreta, jalada con seis caballos. —Es la hora muchachos, iremos en esto junto a la caravana de esclavos a Haldor, ¿Qué te parece Warren? —dijo Rubin a todos con entusiasmo, pero mirando a Warren. —Pues no esta tan mal Rubin, apurémonos y pongamos a todos dentro —dijo Warren a Rubin algo desinteresado y resignado a las locuras de su señor que al mismo tiempo era su amigo, pero Rubin lo tomo como un triunfo y se puso muy contento. Así todos subieron para ir de viaje a Haldor, cargaron provisiones y partieron hacia lo que sería un torneo que no olvidarían no solo ellos sino personas a lo largo de generaciones volviéndose un evento mítico.   
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