Introducción a la escritura mágica parte 1

1761 Palabras
Al día siguiente Daniel amaneció en una cama todo vendado, aturdido, adolorido, y cansado, además no pudo evitar recordar lo que había hecho anoche, imaginándose los cuerpos partidos, la sangre, y los asesinatos en general. Empezó a temblar y a llorar sin siquiera darse cuenta que Sonia estaba allí acompañándolo muy ensimismado en lo que recordaba, ella no dijo nada, solo dejo que Daniel se desahogara, y salió un rato a pedir que nadie entrara, los que estaban cerca entendieron al escuchar los sollozos que se escuchaban dentro de la tienda, pero pensaron que era porque lamentaba la perdida de sus camaradas. Ella volvió a entrar en silencio para ver como seguía, Daniel estuvo así un buen rato hasta que vio a Sonia en la esquina de la tienda, más bien se percató de su presencia al calmarse un poco, aunque aún seguía mal. —¿Qu que es lo que paso? Pensé que iba a morir —dijo Daniel limpiándose la cara llena de lágrimas lo mejor que pudo mientras aun respiraba profusamente. —Corrí gritando que parara, Carlo al verme paro su ataque, nos conocemos desde que soy niña, era uno de mis guardias personales, pudo reconocerme aun en la oscuridad y la lluvia, se arrodillo y pidió disculpas, me dijo que fue una orden de mi padre, les dijo que habías caído en la tentación del desertor de la luz, y por ende debían atacarte, el solo estaba siguiendo órdenes, le dije que tu no eras alguien malvado, y me creyó, luego te trajimos aquí, al grupo de feligreses que habían huido del ataque de las bestias, te trataron y estuviste en cama un día entero, no avanzamos mucho y nadie sabe qué hacer —Daniel solo se quedó escuchando a Sonia sin decir palabra alguna, sopesando lo que había escuchado, lo que había hecho, y lo que haría. —Si ha pasado más de un día, ¿podrías curarme con tu poder divino? —pregunto Daniel muy serio y centrado, su mente analítica había tomado el control, pero parpadeaba mucho porque sus ojos estaban rojos y aun le ardían. —Desde el… incidente… no estoy sintiendo a Dios, tengo dudas, no sé qué hacer —Sonia hablaba con angustia, respiraba con fuerza, apretaba las manos, y miraba al vacío, como tratando de ver algo que no estaba ahí. David no quiso ahondar en ese tema ya que podría hacer mas daño del que hizo así que hablo de algo talvez igual de duro para ella. —Voy a detener a tu padre, me quiere muerto, si huyo jamás poder volver a mi tiempo, lo que debemos hacer es confrontarlo, y para ello te necesito, todos aquí te necesitan, Tersan te necesita, no sé qué pasa con tu poder, pero debes tomar una decisión —argumento David con la mayor elocuencia que pudo sacar de si, tratando en lo posible de convencerla de hacer lo que era necesario. —Te ayudare, pero prométeme que no iras directamente a atacar a mi padre, él no es malo, lo sé, todo lo que hace lo hace porque cree que es lo correcto, debemos quitarle su poder sin dañarlo, te lo ruego —dijo Sonia mientras se arrodillada al completo frente a Daniel y agachaba la cabeza hasta el suelo con sus palmas juntas delante de su cabeza. —Tú me salvaste la vida, es lo menos que podría hacer por ti, pero yo quiero seguir y para ello necesito más poder, ya viste lo que paso aquí, y sin tu poder de curación no creo hacer gran cosa, enséñame la escritura mágica, puede que así entienda algo y tenga una oportunidad real contra los que quieren hacerme daño—Sonia se quedó inmóvil por un tiempo, Daniel pensó que iba a declinar, pero al levantarse vio resolución en sus ojos. —Prométeme que no lo usaras en otros humanos, y tampoco con objetivos malignos —dijo Sonia tomando su antebrazo y apretando con fuerza, Daniel hizo lo mismo imitándola. —No sé por qué haces que prometa eso cuando sabes que no lo haría, pero Lo prometo, no usare la escritura mágica en otros humanos y tampoco en objetos malignos —respondió Daniel algo extrañado por esa promesa. —Debo estar loca, pero te creo, mañana comenzaremos con tu aprendizaje, hoy descansa —decía Sonia extrañada saliendo de la tienda muy rápido, aunque solo se quedó afuera de esta. Ese día Daniel lo paso sin más solo echado en la cama, nadie además de Sonia se acercó a la tienda del heredero de Wintus que ahora era también el héroe de las planicies, ya que no querían interrumpir lo que sea que estuviera pasando ahí dentro, aunque algunos comenzaron a crear historias y chismes, aun sin entrar muchos estaban afuera expectantes. Al ver a Daniel llegar cargado por Carlo y acompañado por Sonia, todos los feligreses creyeron que los caballeros habían muerto peleando contra las bestias y solo habían vuelto Daniel y Carlo gracias a la santa de la luz, Carlo ayudo a propagar esa mentira, Sonia no respondió las preguntas, detestaba mentir, pero sabía que si decía la verdad todos se desmoronarían. Luego de que prometió enseñar escritura mágica a Daniel Sonia uso todo lo que quedaba del día para buscar los materiales necesarios para la clase del día siguiente, como es evidente no lo hizo sola, pidió ayuda, obtuvo tablones de madera, cuchillo, y busco que alguien tuviera de casualidad algún cristal especial, pero como ella se esperaba no encontró ninguno. Al día siguiente Sonia llego con lo que había obtenido el día anterior, cargando muchos tablones de madera y un cuchillo al cinto, entro a la tienda con algo incertidumbre, pero decidida a ayudar en lo que pudiera a su amigo. —Antes de enseñarte sobre la escritura mágica tienes que conocer que es la magia, no puedes hacer magia escrita si no eres un mago, y no creo que te vuelvas uno en el transcurso del viaje de vuelta, pero al menos sabrás los principios, y también conocerás sobre la escritura mágica en el proceso. Primero que nada ¿qué sabes de los magos? ¿en el futuro hay magos? —hablo Sonia muy interesada y sorpresivamente bastante cómoda y aliviada de hablar de esto con alguien que no fuera su padre. —No hay magos en el futuro, a menos que yo sepa, solo hay prestidigitadores o ilusionistas, y no se mucho de los magos, solo por cuentos que dicen que pueden hacer aparecer cosas de la nada, mover objetos con la mente, levitar, lanzar una bola de fuego —respondió Daniel también extrañado de que todo esto no se supera en su futuro. —¿Qué es un prestidigitador? —pregunto Sonia mirando a Daniel con los ojos contraídos y la boca levantada. —Alguien que hace trucos muy elaborados para sorprender a la gente, y mostrar de que está haciendo algo que no sería posible normalmente, como caminar sobre el agua, pero en realidad debajo del agua hay una plataforma que se camufla —decía Daniel que uso sus manos para tratar de ejemplificar lo que estaba contando. —Hablas de esos artistas callejeros que mienten para ganar dinero ¿no es así? —Sonia trataba de relacionar lo que decía con su propia experiencia, y no miraba con buenos ojos a esos artistas. —Se podría decir, aunque no seas muy duro con ellos, el arte es parte mentira si, pero no hacen daño a nadie y están entreteniendo, claro que cada cual es un mundo, no es un área completamente mala ni tampoco buena —respondió Daniel defendiendo a los prestigiadores de su tiempo ya que solo hacían esas cosas para entretener. —Pues los magos de verdad no tienen nada que ver con esos charlatanes, controlan el mana que está en su cuerpo y a su alrededor para crear un efecto en el mundo, aprender a controlar el mana del cuerpo toma mucho tiempo, años de meditación y nutrición, por eso no hay casi magos hoy en día, tanto trabajo para que puedes crear algo que se puede hacer con mayor facilidad de otras formas, para que puedas hacer cosas más impresionantes toma aún más tiempo entender el funcionamiento del mana y su interacción en el mundo, es trabajo de toda una vida —dijo Sonia alzando el pecho mientras lo decía, pero luego respiro y se bajó a sí misma. —¿Qué es el mana? —pregunto Daniel ya que jamás había escuchado esa palabra. —El mana es la energía que nos rodea a todos, está en ti, en mí, y en todo lo que existe, es lo que hace que todo se mueva y las cosas sucedan, por ejemplo, si me concentro y uso mi mana para crear una llama de fuego —dijo Sonia mientras extendía una mano hacia Daniel con la palma abierta y apuntado al techo, la cubría con la otra mano como protegiendo lo que estaba en su mano. Sonia cerro los ojos y una pequeña llama apareció en la palma de su mano, era diminuta, pero se podía ver, al volver a hablar desapareció. —Puedo crear un suceso que desafía el sentido común, eso es lo máximo que puedo hacer con lo que se del mana y mi propio mana, pero si uso mi propio mana para influir en el comportamiento del mana del entorno pasa esto —Sonia cerro los ojos y otra vez extendió su mano con la palma abierta en la misma dirección, pero esta vez no la cubrió con la otra mano, una llama mucho más grande que la que invoco hace unos momentos apareció de la nada, tenía el tamaño y grosor de una cabeza humana, pero solo duro unos instantes hasta que Sonia abrió los ojos. —No es algo sencillo de realizar, toma mucho tiempo y como vez es algo impráctico si es solo una llama, puedes modificarlo para que haga muchas cosas más, como controlar objetos, aumentar o disminuir ciertos sonidos, usar luz, el rayo, y cosas de las que yo no soy consciente, pero es muy difícil hacerlo funcionar, mi padre dice que soy muy buena, también me dijo que a la mayoría de practicantes de la magia le toma toda la vida hacer lo que hice, además no se enseña a cualquiera, por eso no es algo que todo mundo sepa —Sonia dijo esto ultimo pensando en si en realidad todo lo que le dijo su padre era cierto.
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