CAPITULO 26

1657 Palabras
Al volver a casa me limité a observarla o a dirigirle la palabra, seguramente estaba incomoda así que preferí revisar la agenda personalmente y todos mis pendientes antes de ordenarle que lo haga ella. —Yo lo hago. —ella se sienta a mi lado dejándome confundido. Toma la Tablet y revisa todo rápidamente —Hoy no tienes ningún reunión. Solo documentos que revisar como la autorización de los pagos a los empleados y la solicitud de aumentar los pagos para los empleados de Markting y publicidad. Asi como si nada hubiera pasado, ella habla, aunque sus mejillas ruborizadas me den otro significado de su comportamiento. —P–Perdon… por desconfiar. Salgo de mi asombro y sonrío aliviado porque se disculpó, aunque pensé que no lo haría porque estaba enfadada conmigo, pero no lo esta y eso me alivia. —¿Vas a volver al trabajo? —Si tú quieres. —me mira como si estuviera pidiendo permiso. —Si no, esperaré mas tiempo. —Es tu decisión —“Mierda, no. Eso fue tajante” —Si quieres volver, no tengo ningún problema con que lo hagas. Desvía sus ojos de los míos enfocándose en la agenda. Maldigo por dentro porque terminé arruinándolo al seguir siendo yo mismo. Cuando dejo de verla a ella para ver por donde íbamos por la ventana me di cuenta que Violet nos estaba observando pero disimuló de inmediato, parecía sonreír como si estuviera burlándose de mi. Al llegar a casa mi madre ya nos esperaba para cenar, ambas no parecían contentas con ello, pero si no lo hacíamos, empezarían a hablar de ellas a sus espaldas y mi madre no nos dejaría en paz. Observo a Lea y su comportamiento hace que ella pareciera que conoce algo sobre la forma de comer de nuestra familia porque lo hace bien. Levanta su mirada y nuestras miradas se cruzan, me regala una sonrisa cálida que me contagió. —Hablé con el director en la tarde. —informó mi madre. Era de esperarse que lo hiciera. —Supongo que ya tienes los resultados de las calificaciones de los niños —murmuro ella sonríe —¿Y? —Como siempre, William obtendrá un 9 perfecto al igual que su hermano y su primo. Veo la cara de mi hermana y hermana, se ven felices por la noticia y claro que festejarían el logro. Todos los años desde que entraron a la escuela lo hacen restregándome en la cara que se quedaría con todo, aunque mi hermana no es tan ambiciosa, pero sé que lo hacía también. Puedo ver que mis sobrinos están viendo a Violet ansiosos para poder burlarse de ellas. Es natural que ella llegue a obtener una baja nota, después de todo, es un mundo nuevo al que no está acostumbrada y que obtenga una calificación que iguale o supere la de mis sobrinos es del 1%. —¿Y que hay de Violet abuela Graciela? —dijo Isabel en un tono que me desagradó —Todos morimos por saberlo. —Eso veo —dijo mi madre viendo sus ansias de destilar su veneno. —Violet, no tendrá ni 8 y menos 9 —comienzo a molestarme al ver la risa de todos que esconden. —Violet, a pesar de que esto es nuevo para ti y que fue un reto muy enorme, lograste algo que ni tus primos pudieron desde su primer año. —escucho las risas de mi cuñada y hermana aumentar. —Hoy haremos un brindis, por Violet. La sonrisa de todos se desvanece asi como Lea y yo nos quedamos sin entender. —Violet, en su primer año tal y como lo hizo su abuelo, logró obtener un 10 perfecto. —me mira a mi y su madre —Me han demostrado que, hasta ahora, han educado a Violet, con excelentes valores. Felicidades. Ambos nos vemos a la cara sin creerlo. Miramos a Violet quien también parece desconcertada. —Cariño, muchas felicidades. Esperamos mucho de ti para esta familia. Ella sonríe emocionada casi a punto de llorar. —Hijo. Felicidades, no lo esperaba de ti, pero has demostrado ser un padre y esposo perfecto. —El merito es de Victoria, madre. Ella era la que se encargaba de su educación desde que empezó hablar. —En ese caso, querida, lo has hecho perfecto Victoria. —brinda por ella —Has cambiado la imagen que tenía sobre ti de ser una zorra. —mi madre mira a Isabel. —Deberías aprender de ella para que tus hijos sean perfectos como nuestra Violet. —Madre por favor… —¿Qué? —dijo mamá molesta por la forma en que Carter le iba a hablar —Deberías aprender a tu hermano. Él no necesitó decírselo a los cuatro vientos que ya era padre de familia como tú lo hiciste. —S–Si.. abuela. —Ladeo una sonrisa al ver que mi hermano e Isabel se morían de la colera. —El éxito, definitivamente estará en tus manos, Abel. —Así será madre. —miro a todos que se tragan su rabia —Así será. La cena de esta noche fue la mejor de todos estos años. Para mi claro que lo fue pero no para los demás. Victoria fue al baño así que yo fui a la habitación de Violet, la miré y pude ver que estaba llorando, se percata de mi presencia, cuando me vio se limpió el rostro de inmediato. —¿Tan feliz estas? —Es que… — sonríe emocionada —No crei que esa fuera ser mi calificación final. Además, mi madre… ella estaba feliz porque al fin reconocieron que es buena. —como siempre se preocupaba por su mamá —Obtuve la mejor calificación de una escuela de ricos. Es un sueño increible —No es un sueño —me acerco a ella —Es la realidad. Tu realidad y por eso ella debe sentirse afortunada de tenerte como hija. —acaricio su cabeza —Yo también me sorprendí, sabes. No te enfades por lo que diré. —asiente —Siendo sincero creí que al menos sacarías un 7 o 8 porque aun no te adaptas al sistema por completo, pero no esperaba que llegaras lejos. Me mira con los entre cerrados molesta por mis palabras, pero no puedo ser mas sincero porque la haría llorar. —Pero niña, tienes mi respeto. Sobrepasaste mis expectativas sobre tu talento. —Abel… —me sentí algo raro cuando sigue llamándome por mi nombre cuando estamos a solas —¿Estarás conmigo el 20 de Mayo para los juegos olímpicos infantiles? “¿El 20?, ah cierto mencionaron eso antes”. —Claro que iré. —¡Bien! —chilla emocionada —Ahora me daré un baño para hacer mis tareas. —¿A esta hora? —Son las 8, terminaré en una hora. Violet es una niña muy inteligente y aplicada, si sigue así, podrá saltarse un par de años. Volví a mi habitación y al entrar veo que la puerta del baño se encontraba abierta, escuchaba unos pujidos desde adentro como si alguien estuviera borracho. Me asomo y veo que es ella, tenia su cabeza en el inodoro. “¿Está vomitando?” —¿Estas bien? Ella levanta su mano para que no hable. Asqueado de esa escena me alejé del baño y esperé afuera a que ella saliera. Escucho que abre la llave del grifo. Al salir amarra su cabello y limpia sus labios, puedo ver que estaba pálida, suspira e inhala profundo y me dice que la comida no le sentó tan bien. Se da cuenta que la veo demasiado tiempo asi que carraspeo mi garganta y finjo recibir un mensaje. —Abel…¿aun no les ha dicho nada a Violet con respecto al 20 de mayo? —Ah, si lo hice de hecho hace unos minutos. —Ella me mira molesta. —¿Qué? —Tienes una reunión importante en la sede de Australia y debes salir el 18 para allá. —¿Es el 20? —Si pero tienes otras reuniones programadas para el 19. Nuevamente me mira como si estuviera harta de mi y eso no me gusta, cometí un error pero no tengo tiempo para estar revisando la agenda a cada hora. Ella me dice que irá a hablar con ella, pero le dije que lo haría yo mañana aunque no sé como lo iré a hacer eso en realidad porque ella se veía muy feliz y ahora creo que si me va odiar. —Victoria. ¿estas segura que fue la comida lo que te hizo daño? “He oído que las mujeres en su mayoría cuando se embarazan vomitan después de comer algo que se vieron forzadas a comer o con solo comer” —Si —responde —La ensalada seguramente fue porque las aborrezco. —¿Desde cuando? —Mmm… no lo sé en realidad. —¿No… crees que sea… un embarazo o si? Se queda inmóvil al mencionarlo, nerviosa me mira y se ríe diciendo que seria estúpido pensar en eso porque es imposible que sea un embarazo por haberlo hecho una vez, que con Violet sucedió porque fue su primera vez así que esta vez no contaba y era imposible. Un hijo no estaba en mis planes, Violet puedo decirlo que es pero a diferencia de ella es que la conocí ya como una niña de casi 11 años, pero un bebé…. El solo pensar en las noches de desvelos me da escalofríos, arruinaría mi rutina diaria y entorpecería mi trabajo, sobre todo la relación que comienza a fluir entre nosotros. Mi mente divaga al pensar en la idea de un bebe y todo lo que conlleva si pasara esa posibilidad. Rechino mis dientes pensando en la idea de buscar a ese maldito medico vendido que se dejó sobornar por mi madre. Ahora entiendo porque se fue del país.
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