Hago mi cabeza a un lado para no verlo a la cara o peor, que alguien piense que estoy por besarlo. Entre cierro mis ojos cuando siento su respiración en mi cuello y maldigo por dentro ya que no pudo ser mas oportuno el baboso que entro de ultimo.
—Puedes… alejar a los demás para darme mi espacio, por favor.
—No.
Vuelvo mi vista hacia a él y me asusto cuando nuestros labios se rozan. Me disculpo por ello pero él no dice nada. Los que se encontraban al frente nos empujan mas haciendo que termine con mi cara en su pecho.
“Que mierdas es esto, acaso el universo confabula en mi contra”
Las puertas se abren y todo el personal baja. Al sentirme libre otra vez, respiro y noto que tengo la fragancia del hermano de Abel impregnado en mi cara.
—No puede ser… huelo a hombre.
—Sientete dichosa. —ladea una sonrisa socarrona.
—¿Dichosa porque? —cuestiono —La esposa del presidente no debe oler a otro hombre que no sea su esposo.
Su sonrisa se borra.
Salimos del asensor pero me deja hacerlo antes, esta a mi lado y se detiene para preguntarme cuando me ve cambiar de dirección.
—¿Enserio debo darte explicaciones a ti también?
—Aunque seas la esposa de Abel, sigues siendo una empleada mas de la compañía de mi familia, asi que si.
Ruedo mis ojos.
—Voy a lavar mi cara para quitarme tu aroma, ¿contento?
Mantiene su expresión neutra así que le doy la espalda para continuar mi camino hacia el baño. Me tomo mucho quitarme su fragancia de mi cara, tuve que usar el perfume que Abel me dio, si o si porque de lo contrario los demás sentirían el aroma de Carter en mi.
Noto que la secretaria no esta, miro hacia la puerta dudando de en si en verdad es lo que estoy imaginando. Abro la puerta y abro mi boca al ver que ella se encuentra sentada sobre el escritorio mientras carter la manosea.
—¡Pero que demonios!. —solté molesta llamando su atención. —¡Tú, sal de aquí!
Ella me mira desafiante como si no fuera nadie para darle ordenes, observa a Carter que me ve de forma burlona porque no me obedece.
—Si eso quieres. Bien.
Saco mi celular y grabo el video. Carter se enfada y se aleja de ella. Tomo el comunicador y lo coloco en mi oreja pidiendo conectarme a la línea 5 que es la de los de seguridad.
—Envien un m*****o de seguridad para que escolten a la secretaria presidencial a la salida.
—¡Qué, como te atreves!...
—Señor Carter, según tengo entendido, en su familia, esta prohibida las relaciones extramaritales, si este video llegase a manos de su hermano mayo o su madre.
—Victoria, dame eso.
—No. —afirmo molesta. —Esta es la oficina presidencial. Si quieren follar, haganlo fuera de la empresa, de lo contrario es mejor empezar a trabajar, excepto tú. Tanto quieres follar, te doy el tiempo libre y no es un despido, pero regresaras aquí cuando el presidente regrese y le des una explicación por tu falta de moral.
—Señor carter… ayúdeme por favor.
Carter me mira desafiante. Agito mi celular en mi mano recordándole la prueba en mis manos.
—Obedece la orden de tu superior. Largo.
Ella haciéndose la mártir y la ofendida mientras sale furiosa. Ladeo una sonrisa victoriosa elevando ambas cejas al mismo tiempo. Estaba por decirme algo pero levanto mi dedo índice para que se calle ya que tengo la secretaria de recepción en línea quien me dice que llegaron los nuevos clientes para la reunión suspendida.
—No vuelvas a levantarme el dedo…
—Lo haré si no guardas silencio. Los nuevos clientes están aquí para la presentación que debia estar suspendida.
—¿Debia?
—Supongo que la inútil de la secretaria no la canceló y si es asi, debo llamar para asegurarme cuales están pendientes. Ahora, —tomo la Tablet y busco los diseños en los que se han trabajado hasta ahora —El diseño no esta completo pero con lo que ha trabajado Abel hasta ahora, supongo que podrás lograr enviarlos a casa contentos. Claro, si tienes la labia de Abel.
Me mira interrogante como si en verdad acabo de compararlo yo también con Abel, pero como es un abogado y nunca lo vi relacionarse con asuntos de la empresa, es lógico que dude de sus capacidades, Abel es muy perfeccionista incluso al hablar asi que no estoy tan segura de que tan bien lo vaya a hacer.
Nos dirigimos a la sala de presentaciones, me aseguro de que todo este listo antes de que ellos entren a la sala. Recibo otra llamada donde confirmo que otra reunión fuera de la empresa no fue cancelada.
—Carajo. —suelto frustrada. —Después de esta reunión, tienes que almozar con unos clientes en el Resort y también… —me doy cuenta que me mira en exceso con fijeza —¿Qué?
—Nada.
—Si tu lo dices. —murmuro sin importancia —Como prefieres el café.
—Sin azúcar.
Pido un café sin azúcar y estaba por pedirlo como Abel lo pide, n***o, pero recordé que en todas las veces, Carter toma café pero no muy fuerte así que ordené que lo hicieran no tan fuerte.
Todo el día me la pasé ocupada, no tuve tiempo de comer y eso me dio malestar en el estomago pero el descuido de la secretaria me hizo trabajar en exceso.
—Nos comunicaremos con usted en cuanto el Señor Abel Vlarios regrese, muchas gracias por su comprensión.
Suspiro.
Un sándwich de jamón es puesto frente a mi. Observo a Carter. Sus ojos azules me miran con simpleza.
—Debes cuidarte o podría empeorar tu enfermedad.
Me sorprendo de que esté al tanto de eso.
—Gracias. —fui sincera. Lo abro y sonrio al disfrutarlo. —Esta delicioso. —nuevamente me mira con fijeza. —¿Qué?
—Acaso no te cansas de trabajar en exceso.
—Una mente ocupada no piensa en el cansancio. Ademas, no podría haber dejado todo asi, fue una suerte que vinieras hoy aquí.
—Mi presencia no era necesaria aquí, eres su esposa. Tu podias tomar tu rol como tal.
—No. —miro mi comida —Para todos aquí, yo soy una empleada mas. no saben que soy su esposa.
Escucho una risa de su parte.
—Él te pidió que se mantenga en secreto.
—Bueno, en realidad fui yo quien se lo pidió.
—¿Qué? ¿Por qué? —cuestiona
—Si todos supieran que soy su esposa, me tratarían como lo hacen con ustedes y no quiero eso.
—Eso es estúpido —expresa burlón —Otra en tu lugar, les habría dicho a los cuatro vientos que eres su esposa.
—Pero yo no soy asi, y quiero que se mantenga asi.
Tocan la puerta antes de abrir, me sorprendo al ver a Kail.
—Lea, señor Carter, traje unos documentos del área de Marketing. —se acerca y me los entrega. —Son algunos propuestas…
—Esta bien. —le digo —Mañana los reviso con el señor Carter.
—Lea, las chicas me pidieron decirte si quieres ir con nosotros por el cumpleaños de Esteban. Lo celebraremos en el mismo restaurante de antes.
—Esta vez tendré que decir que no. Sin Abel presente, no puedo dejar a mi hija con las víboras que hay en la casa.
Sonríe con tristeza
—Tienes razón. Buenas tardes, señor Carter.
Al salir él veo que es tarde asi que organizo todo para dejarlo en su lugar.
—Ese pobre ni siquiera puede ocultar que le gustas mucho.
—¿Quién? —cuestiono confundida —¿Hablas de Kail?
—Pero al igual que mi hermano, eres demasiado despistada como para darte cuenta quien te ama.
—No digas tonterías. —salgo del ascensor —Kail es un buen amigo. No podría gustarle. Conozco a las chicas con las ha salido y no se parecen ni un poco a mi, todas fueron… hermosas con un buen cuerpo, como tu esposa.
Íbamos en el auto, el silencio comenzó a hacerme efecto porque sentía los ojos pesados. Cuando el auto se detiene instintivamente me despierto y me encuentro con el rostro de Carter a pocos milímetros del mio.
—¿Sucede algo?
—El cinturón. —desabrocha mi cinturón
Le agradezco y salgo de su auto. Estábamos cerca de la entrada cuando escucho los gritos furiosos de la esposa de Carter. Mi hija sale corriendo y cuando me ve se oculta detrás de mi.
—¡¡Donde esa mocosa, juro que la mataré!!..