Veintiséis

2113 Palabras

La limusina comenzó a andar. Yo me mantenía aún nadando en mis pensamientos, que comenzaban a traicionarme. Christopher miraba fuera, sobre la ventana y yo, sin explicación, miraba detenidamente su cuerpo y el rostro. No pretendía hacerlo, pero mi cuerpo actuaba por sí solo y no podía dejar de verle. No me había percatado de sus hermosas facciones y de lo lindo del color de sus ojos oscuros, que observaban el paisaje moverse rápidamente sobre el coche. Ahora que lo pensaba bien, aquella voz dulce y preocupada que me llamó cuando me encontraba en shock, había movido por alguna razón, mi corazón. Quería volver a escucharlo decir mi nombre con dulzura, con placer. Me sonrojé, pero aún así, no dejé de observarlo. Su torso descubierto, su pecho bien formado… ¿Podría ser que me sentía i

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR