Merlina. Trago saliva mientras Ema toca el timbre de la casa. Creo que está más nervioso que yo, porque no para de acomodar su camisa y sonríe con expresión tensa cada vez que me mira. A pesar de que es la primera vez que conozco a la madre de algún novio, no me siento tan preocupada, me siento segura de mí misma. Lo único que me incomoda es que ellos no se hayan visto por tanto tiempo y ahora, de repente, el chico vuelve a aparecer con una desconocida tomada de la mano. La puerta se abre con lentitud y una mujer morena, con ojos marrones achinados, cabello n***o con bucles y muy linda a pesar de la edad, aparece. Andrés es una fiel fotocopia de ella. —Hola —murmura mirando a Emanuel con los ojos empañados. Él se aclara la voz. —Hola, mamá —le contesta también en voz baja. La señora se