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2044 Palabras

Andrés. Mi hermano pasa como alma que se la lleva el diablo por la sala, ni siquiera se da cuenta de mi existencia ni de que me estoy comiendo su helado acostado en el sofá. Algo le habrá pasado y solo estoy casi seguro de dos cosas: al fin aceptó que le gusta Merlina, o... bueno, creo que aceptó que le gusta Merlina, porque no creo que nuestro padre ya se haya enterado de su secreto. Escucho el agua de la ducha y asiento con lentitud mientras suelto una risa por lo bajo. Creo que quedó caliente con la organizadora y lo único que lo puede salvar es una autosatisfacción en la ducha... me dan arcadas de solo pensarlo. Antes de que me vea y se la agarre conmigo, decido volver a guardar el pote de helado en el freezer, aunque esté vacío. De todos modos, cuando se dé cuenta de que me lo c

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