La mañana llegó y Stephen junto a sus hijos se apresuraron en estar listos, pues su cita con Víctor no daba espera. Annie cooperó para estar preparada pronto, sin darle problemas a su padre, pues ella posiblemente, era la más interesada en que sus padres estuvieran juntos. —¿Listos? —preguntó Stephen y los dos pequeños asintieron al salir del baño tras lavarse sus dientes. En ese momento el timbre de la puerta sonó, llamando la atención de todos. El corazón de Stephen se aceleró, pues lo primero que se le vino a la mente fue Georgia. Su mirada se encontró con la de los niños, que parecían pensar lo mismo. Annie salió corriendo escaleras abajo, seguida de cerca por su hermano y padre, llegó a la puerta y sin esperarse, la abrió. —Hola, Annie —la saludó Víctor, con una gran sonrisa e