Una risa nerviosa salió de Damián, palmeó el hombro de su padre y negó con la cabeza.
—No digas estupideces —fue lo único que dijo antes de volver al resto del grupo.
Volvieron a la mansión bastante borrachos, entraron abrazados los tres mientras entonaban una canción entre risas armando un gran escándalo.
—Yo te quiero como un hermano, Drew —empezó a decir Damián trabándose con la lengua en cada palabra
—Eres el mejor yerno —rió Leandro
—Por muy hijos de puta que sean conmigo, también los quiero
Los tres se abrazaron en círculo sin dejar de reír
—¡Oh Dios mío! ¿Los has escuchado mamá? —Analia bajaba las escaleras junto con Anna mirando asombradas a los hombres que se encontraban en la sala.
—Los he escuchado, cariño —rió Anna viéndolos separarse y echarse sobre los sofás sin
