Damián se levantó de su silla tomando su móvil con el temor recorriendo sus venas, no pudo disimular su desesperación por explicarle pero su hermana sólo negó con la cabeza decepcionada y encaminándose a la puerta del jardín alejándose de él.
Caminó tras ella a paso apresurada alcanzándola en los jardines alejados de la casa, la tomó de su brazo para detener su andar.
—No es lo que estás pensando —comenzó a decir buscando su mirada.
—¿Ah no? Entonces qué es ¡Ilumíname por favor! —exclamó enojada
—Yo... ella —se trabó al no saber qué inventar logrando que Lía negara con la cabeza y se soltara de su agarre
—No me equivoco al pensar que es tu amante y no tienes ni la cara para negármelo. Me decepcionas Damián, ya deja de pensar con el p**o y usa la cabeza
—¿Enserio, Lía? ¿Me juzgas
