El intermitente dolor de cabeza aturdía su cabeza, apenas pudo abrir los ojos y volverlos a cerrar en cuanto la iluminación hirió sus ojos. Llevó sus manos a la cabeza presionándola, como si aquella acción disminuiría el dolor.
Poco a poco abrió sus ojos adaptándose a la claridad, aún aturdida observó a su alrededor, se encontraba en la oficina de uno de sus antros. Frunció el ceño cuando intentó levantarse y sintió su cuerpo adolorido.
Fue entonces cuando los recuerdos comenzaron a inundar su mente, abrió sus ojos desmesuradamente cuando recordó el momento justo cuando se despidió de Damián, su rival número en el mundo empresarial.
—Es hora que me vaya, ya casi amanece —dijo él mientras acariciaba su cabello.
Ella se quejó por lo bajo, se encontraba acostada sobre él completamente
