Al escuchar la decisión de su hijo asintió levantando ambas manos, Analia sólo observaba ruso con tristeza sintiendo ese nudo en la garganta por no haberlo apoyado desde un inicio, vio cómo esto le estaba afectando a su hermano que aunque lo disimulaba muy bien era casi imposible pasarlo desapercibido para ella que lo conocía más que nadie. —Desde el momento en que pongas un pie fuera de aquí para ir a buscarla estarás fuera de la mafia y de mis empresas, ya no tendrás dominio sobre ellas. —Lo que tú digas, ya no me interesa nada que tenga que ver contigo —dijo Damián dándose la vuelta para ir por las llaves de su auto. Fue lo único que tomó de esa habitación, bajó las escaleras rápidamente y se detuvo para mostrar las llaves del auto. —Me llevo esto porque me lo he ganado, pero to