Capítulo 22

1884 Palabras

Después de aquella conversación con la pelinegra, Damián había salido airado del departamento. Cierto era que él mismo le había dejado por enterado que cuando estuvieran en su departamento podía comportarse como su amante y no como su empleada, pero eso no le daba el derecho de opinar y de restregarle en su cara el fracaso que veía en su destino, pues ¿quién se creía ella?  Salió muy malhumorado hacia su empresa, o lo que quedaba de ello. Añoraba sus días en Italia, donde todo parecía ir bien y podía sentir el poder correr por sus venas. Mientras que en Rusia todo era lo contrario, no tenía el poder en las calles, en su lugar debía esconderse para no ser descubierto y ser asesinado por la gente que dominaba allí. Su empresa estaba en la banca rota y seguía en pie por el capital que él est

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