El día transcurrió entre reuniones y firma de contratos, todo parecía pintar bien para la empresa y era cuestión de poco tiempo para que se lograra estabilizar. La asociación con Irina le había sentado bien. Ese día Damián salió antes de terminar su horario laboral, no se despidió de nadie y se marchó evitando a la pelirroja. Cada vez que la veía sentía que perdía el control, y eso era muy malo para él. Debía mantener cierta distancia con ella, no le traería nada bueno involucrarse tan a fondo. Sus guardaespaldas lo esperaban en las afueras del edificio, tenía varios asuntos que resolver durante el camino por eso había optado por su chofer. —¿A dónde lo llevo, señor? Él le dio la dirección donde su equipo lo estaba esperando, era su nuevo refugio por lo que haría cambio de auto dur