—Estas absolutamente loca, pero me encanta que lo estés.— Le digo al oído aun agitado por nuestra calurosa reconciliación. Ella ríe y se aferra a mi aun sentados sobre esta silla. –Tú me haces ser así.— Me susurra. —¿Así como? ¿Sexy o loca?— Le pregunto mientras mis dedos van recorriendo su espalda. Esa mirada gris se clava en la mía como explicándome todo. –La manera que me miras me hace sentir la mujer más sexy de este mundo. Amo enloquecerte, amo poder sorprenderte; te amo a ti todo, todito... con tus lunares, con tu preciosa sonrisa, con estos ojos que me encantan... con estos rizos.— Dice enredando sus dedos en mi cabello. –Amo cada línea de tu cuerpo Rubio... me traes loca.— Dice de manera exagera y me besa. Así como ella dice que yo le hago sentir la mujer más sexy del mundo, de