[MATEO] Al día siguiente: 29 de septiembre No tengo ni idea de qué hora es cuando de repente siento que ella mueve las sábanas y se mueve en la cama apoyando sus rodillas a cada lado de mi cuerpo haciendo que choque de boca abajo entre sus piernas. Abro mis ojos lentamente sin dejarle saber que he despertado cuando de pronto siento su cabello rozar con mi espalda y acto siguiente la huella de sus labios besando mi piel. Sonrío como un idiota ante esta sensación y ella sabe perfectamente que hacer para que estar en esta posición se vuelva algo sumamente incómodo para mí. —Buenos días españolita mía, ¿ qué haces?—Le pregunto divertido y ella tan solo continúa besándome hasta llegar al límite de mi espalda. —Despertándote— Responde con picardía e inevitablemente río. —Pues déjame decirte