Desde que encontré la caja de seguridad, sabía que su interior iba a remover mi vida de una forma inesperada; sin embargo, me he quedado corta. Lo que he encontrado va más allá de todo. No es una simple caja de seguridad, es una caja de sueños rotos y algo que pudo ser. Mi interior grita cuando mi garganta se encuentra seca para emitir algún sonido. Mis manos tiemblan cuando veo la prueba de embarazo, junto a dos ultrasonidos y un par de escarpines color blanco. De todo lo que pude haber imaginado que habría dentro, esto no estaba en mi lista. Miro la fecha de ambos ultrasonidos para darme cuenta de que tienen cuatro meses de diferencia.
«Dos… Dos veces».
—No entiendo —susurro.
—Keira, escucha…
—¿Cuándo pensabas decírmelo? —Inquiero en tono ronco, interrumpiéndolo.
Deja escapar el ai
