05.

2230 Palabras
EMERY  Suspiro con tristeza observando la credencial que me hace parte del exclusivo y prestigioso programa de residencia en cirugía de la clínica Faragov. Es irónico que no sienta más que tristeza de estar aquí cuando era lo que más anhelaba desde que me entere que este lugar existía. Termino de prepararme para mi primer turno de cuarenta y ocho horas, me recojo el cabello en una coleta alta antes de ponerme la bata blanca en la que se encuentra estampado el logo de la clínica de lado derecho y en el lado izquierdo se lee Dra. Hart. Ya en el pasillo me pongo el estetoscopio en el cuello dirigiéndome a la oficina del director del departamento de cirugía. Mientras camino siento que mi teléfono vibra y al tomarlo veo que se trata de mi hermana por lo que decido ignorarla antes de apagar el teléfono ya que, por el momento no quiero saber nada de lo que pasa. Respiro profundamente cuando llego a la puerta de la oficina del doctor Florián Koch, una eminencia en cirugía general. Sintiendo un leve temblor en las manos levanto una de estas tocando la puerta e instantes después se escucha un “adelante” del otro lado. Abro la puerta lentamente adentrándome de igual forma a la imponente oficina, pero lo que llama mi atención es un estante lleno de frascos de cristal en lo que hay diferentes tipos de órganos humanos. Para muchas personas algo como esto puede ser aterrador, pero para los médicos es algo fascinantes ya que cada uno es de esos órganos representa un caso único. - Fascinante – murmuro hipnotizada viendo un corazón gigantesco. - Lo es – escucho una voz profunda junto a mí, por lo que me vuelvo en dirección a esta – debes ser la señora Stein… - Hart, - le extiendo mi mano al impresionante hombre frente a mi – Emery Hart. – me da una media sonrisa. - Emery Hart, soy Florián Koch director del departamento de cirugía – estrecha mi mano. - Es un gusto conocerlo señor – hablo tratando de disimular mi emoción. - Sentémonos – me señala una de las sillas que hay frente a su escritorio. Asiento con la cabeza haciendo lo que me dice notando que él hace lo mismo sentándose junto a mi tomando una carpeta que descansa sobre su inmaculado escritorio. - Basándome en la información que me dieron de ti – comienza a hablar abriendo la carpeta leyendo lo que hay en su interior – te esperábamos el próximo año. - Eso mismo pensaba yo – respondo con sinceridad a lo que él enarca una ceja – voy a hacer muy sincera con usted. - Eso es algo que valoro en un profesional – respondo dejando de lado la carpeta. - Estar en este programa era algo que anhelaba muchísimo – empiezo observándolo a los ojos – mientras está en la universidad me esforcé por tener notas perfectas, no solo por mi beca sino por cumplir con cada uno de los requisitos necesarios para poder postularme. – suspiro – acumulé créditos, me gradué un semestre antes con un promedio perfecto y destaqué mi año de residencia. – bajo la mirada a la credencial que cuelga de mi cuello – realmente quiero estar aquí, pero no de la forma en la que entre. - No conozco los motivos por lo que crees que entraste al programa – habla en cuanto termino – Balder Faragov es perfeccionista, las clínicas que fundo son las mejores por que en estas solo trabajan los mejores y si estás aquí es por que formas parte de ese selecto grupo de profesionales. – me vuelvo a verlo al escucharlo. – así que doctora Hart, solo debe enfocarse en continuar siendo la mejor y aprender todo lo que nuestro equipo tiene para enseñarte. - Gracias doctor Koch – extiendo mi mano hacia él mientras nos ponemos de pie. - Vayamos para que conozca al equipo del que formara parte – estrecha mi mano un instante antes de soltarla señalándome la puerta. Sintiéndome un poco más tranquila con sus palabras salimos de la oficina, lo sigo por los pasillos hasta que llegamos a una estación de enfermeras donde se encuentra un grupo de tres chicos y una chica quienes revisan historias clínicas mientras hablan entre ellos. - Doctor Koch – escucho una voz femenina a un costado de nosotros lo que nos hace volvernos en esa dirección y pone en alerta a los chicos. - Doctora Foster – responde de igual forma – quiero que conozca a la doctora Hart, es la residente que hacía falta en su equipo. - Eloise Foster – se presenta extendiendo su mano hacia mí. - Emery Hart – estrecho su mano. - Bienvenida a la clínica Faragov – dice el doctor Koch antes de marcharse dejándome con quien creo es mi superior a cargo y jefe de residentes. - Doctora Hart, como bien lo dijo el director estarás en mi equipo – habla ella viéndome con firmeza – estos serán tus compañeros – me señala al primer chico – Ethan Kent – este asiente a modo de saludo – Xaden Asthor, Nil Faragov y Anhia More - abro los ojos como platos al fijarme en el imponente castaño de ojos grises quien es el hijo menor del dueño y fundador de la cadena de clínicas Faragov – doctores, ella es la doctora Emery Hart. - Un gusto en conocerlos – estrecho la mano de cada uno sintiéndome un poco nerviosa al estrechar la del heredero Faragov. - La Doctora Hart al igual que ustedes, está en primer año de residencia en cirugía – informa la doctora Foster – síganme. Las primeras horas de mi turno se van en el recorrido que nos da la doctora Foster, aunque creo que es por mí. Durante el mismo me fijo en lo grande y lujosa que es la clínica. Los quirófanos me dejan sin aliento ya que poseen equipos e insumos de última generación, las habitaciones son espaciosas y visiblemente cómodas, las estaciones de enfermeras son impresionantes, además de las zonas de descanso del personal. Me informan que con mi credencial tengo derecho a alimentación y acceso ilimitado a las máquinas expendedoras que hay por toda la clínica, como también de todo el café que desee del pequeño local de Starbucks que hay a unos metros de la clínica. Cuando el recorrido acaba vamos a la revisión de los pacientes que están bajo supervisión de la doctora Foster. Presto especial atención cuando mis compañeros presentan cada caso y tomo nota de todo aquello que creo importante olvidándome así de todo lo que ocurre fuera de la clínica. Unas horas más tardes estoy en la cafetería de la clínica comiéndome una ensalada con un smoothie de frutos rojos mientras leo con atención las historias clínicas de los pacientes que debemos revisar en posoperatorio. Mi teléfono continúa apagado, por que sigo sin querer saber nada de mi vida fuera de aquí. Se supone que Devan y Dove llegarían hace dos días, pero para mí tranquilidad no lo hicieron y por mí, puede quedarse donde sea que estén por el resto de nuestras vidas. Lo único que quiero de los Stein es que Devan firme el divorcio y me dejen en paz. Por mí, pueden tener continuar con su relación perfecta que yo solo quiero continuar con mi carrera y alejarme para siempre de ellos. - Me encanta tu cabello – escucho antes de ver a Nil sentarse frente a mi dejando la bandeja con su comida sobre la mesa. - Fue bastante complicado conseguir este tono – comento con diversión haciéndolo reír. - No es color común, pero combina a la perfección con tus ojos – reprimo una sonrisa al sentir que me sonrojo, pero desvío la mirada viendo que nuestros compañeros se sientan con nosotros. - No sabes lo emocionada que estoy de tener otra chica en el equipo – dice Anhia sentándose a mi lado con un vaso de café y un emparedado en la mano. - ¿llegaron hace mucho? – pregunto viéndolos a todos – por que no son alemanes. - Que observadora – habla Ethan dándole un mordisco a una manzana – me gradué en Princeton, llegue hace una semana. - Oxford – habla Xander riendo – también llegue hace una semana - ETH Zúrich – dice Anhia bebiendo un poco de su café - llegue hace dos semanas a la ciudad. - Harvard – responde Nil observándome – llegue hace un mes - John Hopkins – digo comiendo un poco de mi ensalada – venir aquí no estaba en mis planes este año, así que llegue hace dos días. - No es de extrañar – responde Xander observándome – tu esposo y su familia son muy influyentes… - Eso no tiene nada que ver con el hecho de que este aquí – interviene Nil observándonos - puede que su esposo o su familia haya intervenido para apresurar su entrada al programa, pero está aquí es por sus méritos – todos nos volvemos a verlo – mi padre revisa personalmente todas y cada una de las solicitudes y es estricto en cuanto a las personas que trabajan en las clínicas, así que no importa cuanto dinero, poder o influencia tenga tu familia, si mi padre cree que no eres apto, no entras a las clínicas Faragov. - Espera... – interviene Anhia volviéndose en mi dirección – ¿tienes esposo? - Algo así – respondo encogiéndome de hombros – es complicado y no muy importante. – ellos empiezan a reír, pero somos interrumpidos por una alerta que nos hace levantarnos y correr a uno de los quirófanos donde está por comenzar una cirugía. Al llegar a la galería donde Nil nos guía a la primera fila donde hay cinco sillas vacías. Cuando estamos por sentarnos veo que en la única silla ocupada se encuentra un castaño que revisa algo en el iPad que tiene en las manos. - Asientos de primera fila – murmura Anhia emocionada lo que me hace fruncir el ceño cuando nos sentamos noto que el castaño le pasa una carpeta a Nil y entonces comprendo de quien se trata. Mael Faragov. Me vuelvo hacia la pantalla en la que se muestra la información de la cirugía y quiero chillar de emoción cuando leo quien hará la intervención. Reprimo una sonrisa mientras veo como el equipo que asistirá en la cirugía empieza a entrar, soy incapaz de apartar la vista del quirófano escuchando a mis compañeros hablar sobre el caso. - Emery – escucho por lo que me vuelvo a ver a la persona que me llama – mi hermano, Mael – nos presenta Nil sonriendo. - Un gusto conocerlo doctor Faragov – hablo estrechando la mano que me extiende. - Me gusta tu cabello – responde sonriendo – también es un gusto en conocerla doctora. - Asiento viéndolo volver la mirada al frente. - ¿trabaja aquí? – pregunto en un susurro a Xaden que esta junto a mí. - No, Mael es jefe de residentes de la sede en Singapur – responde a lo que yo asiento justo cuando entra el doctor Faragov dándonos clase a medida que la cirugía avanza. Cuando mi turno termina estoy tan cansada que no me cambio el uniforme, solo me quito la bata y tomo mis cosas antes de salir de la clínica notando que es última hora de la tarde. Dirigiéndome al auto enciendo desde de dos días el teléfono notando la cantidad de llamadas y mensajes que hay de mi hermana y abuelo, pero las ignoro llegando al impresionante auto que elegí cuando salí de la mansión Stein. Durante el trayecto a la mansión pongo un poco de música para no quedarme dormida ignorando la constante vibración de mi teléfono ya que lo único que quiero en este momento es dormir por al menos un día entero. En el momento en el que llego a la mansión ya ha oscurecido, llevo el auto hasta su lugar en el inmenso estacionamiento y antes de bajar tomo mis cosas entregándole las llaves al hombre que se acerca a mí. - Buenas noches, señora – saluda a lo que yo asiento con la cabeza dirigiéndome al interior de la mansión rumbo a la habitación – el señor Stein me ordeno que le informara que la esperan para cenar. - Lo único que quiero es dormir – digo llegando al inicio de las escaleras – dile por favor, que no quiero ni tengo ánimos para acompañarlos. Sin mas subo las escaleras bostezando hasta que llego a mi habitación que se encuentra tenuemente iluminada, dejo tono lo que traigo junto a la puerta después de cerrarla con seguro. No quiero que nadie me moleste o interrumpa mi descaso, ya habrá tiempo suficiente para enfrentar a mi hermana y a Devan. Sintiendo que se me cierran los ojos camino al cuarto de bajo desnudándome en el transcurso y luego de una rápida ducha me enfundo en un pijama cómoda para regresar a la habitación. Al hacerlo puedo sentir un cambio en el ambiente al tiempo que un exquisito aroma almizclado me eriza la piel, pero mi cansancio es mas fuerte que mi curiosidad por lo que ignorando mi entorno aparto las sabanas de la cama metiéndome en está quedándome dormida en segundos.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR