¿Qué hace aquí?
Parpadeo asegurándome de que a quien realmente estoy viendo caminar hacia nosotros es realmente Devan Stein. Me tenso sin podar apartar la mirada del impresionante hombre que me fulmina con la mirada visiblemente molesto.
Respiro profundamente escaneándolo con la mirada permitiéndome, por un primera vez en la vida, un momento para apreciarlo. Devan posee una ese atractivo oscuro que lo hace imposible de ignorar, con su imponente altura, su cabello rubio ceniza siempre perfectamente peinado, sus ojos gris claro, sus rasgos marcados y varoniles son perfectos, pero lo mas llamativo en él son los tatuajes que cubren su cuerpo.
- ¿pasa algo? – pregunta Mael abrazándome por los hombros notando como Devan llega hasta nosotros endureciendo la mirada al ver lo que hace Mael.
- quítale las manos de encima – espeta furioso haciendo que todos los que están conmigo se vuelvan en su dirección.
- Disculpa… ¿Quién eres? – pregunta Nil en el mismo tono que acaba de utilizar Devan.
- Su es…
- Es mi cuñado – interfiero poniéndome de pie ignorando por completo la mirada furiosa que me lanza. – ya vuelvo.
Digo viendo como Mael se pone en pie retando a Devan con la mirada, pero le pongo la mano en el hombro dándole un leve apretoncito antes de dirigirme hacia mi cuñado haciéndole un gesto con la mano para que me siga.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto cuando estamos lo suficientemente lejos de mis compañeros.
- Ten – me extiende un teléfono lo que me hace fruncir el ceño. – es nuevo, ya que al parecer el tuyo esta estropeado.
- ¿estropeado? – pregunto viéndolo a los ojos – mi teléfono se encuentra en perfecto estado.
- Eso quiere decir que me estas ignorando deliberadamente – espeta guardando el teléfono.
- No tenemos nada de qué hablar – respondo viéndolo enarcar una ceja – nuestro asunto no es más un trato de negocios y de la finalidad de este ya se encargo tu mujer.
- ¿te refieres a esto? – pregunta sacando del interior de su abrigo un documento doblado – tu abogado me lo entrego hace un rato. – dice con una media sonrisa mientras le extiendo la mano para que me lo entregue.
Siento que el corazón comienza a palpitarme más rápido porque ese papel significa mi libertad. Una enorme sonrisa aparece en mi rostro por que esto es lo que siempre he deseado, por lo que en cuanto tenga el divorcio firmado en mis manos será solo cuestión de días para que desaparezca.
Sin embargo, mi sonrisa desaparece cuando el hombre frente a mi rompe el documento destrozando de esa forma mis ilusiones. Siento que se me forma un nudo en la garganta mientras los ojos se me llenan de lágrimas.
- ¡¿Qué haces?!
- El “asunto” – hace comillas con los dedos mientras me reta con la mirada – lo solucionamos tu y yo.
- ¡Solo tienes que firmar ese maldito papel! – lo enfrento sin apartar los ojos de los suyos – no quiero nada, ¡ABSOLUTAMENTE NADA! – levanto un poco la voz – lo que sucedió no fue más que un error del que siempre he sido consciente, yo soy el reemplazo y para tener a la indicada debes corregir el error.
- Emery…
- Mi turno esta por comenzar y yo simplemente no quiero hablar contigo – digo tratando de pasar por su lado, pero me lo impide interponiéndose en mi camino lo que hace que nuestros rostros queden a centímetros.
- Cuando termine tu turno estaré aquí para que vayamos a cenar…
- No tenemos NADA de qué hablar – interrumpo desviando la mirada hacia los hermanos Faragov que me hacen señales para que vaya con ellos – no quiero problemas con Dove, así que te pido que firmes el maldito divorcio para que todos me dejen en paz. – sin mas me aparto pasando por su lado dirigiéndome hasta el lugar en el que se encuentran mis compañeros.
- ¿todo bien? – pregunta Mael abrazándome por los hombros mientras nos dirigimos al interior de la clínica.
- Quería mi opinión sobre un regalo que va hacerle a mi hermana – miento viendo entre él y su hermano que me observan con el ceño fruncido.
- Debes aprender a mentir – dice Nil dándome una sonrisa traviesa.
Junto a mis compañeros nos dirigimos en busca de nuestra residente encargada mientras hablamos de trivialidades. Respiro profundamente empujando a lo mas recóndito de mi mente todo lo que ha sucedido con mi hermana, abuelo y Devan, centrándome en la vida que estoy construyendo para mi y en la que ellos no tienen lugar.
Cuando encontramos a la doctora Foster, luego de una ronda de revisión de pacientes nos asigna nuestras áreas. Junto a Xander me envían a urgencias, mientras nos dirigimos a nuestra área asignada obligo a mi mente a ignorar y olvidar por unas horas el desastre que es mi vida ahora mismo fuera de la clínica.
- ¿puedo preguntarte algo? – la voz de Xander me saca de mis pensamientos por lo que me vuelvo a verlo.
- Ya lo haces – respondo en tono burlón.
- Muy graciosa – me da un empujoncito juguetón - ¿te gusta Mael?
- ¿Qué? – abro los ojos perpleja. - ¿Por qué?
- Pareces muy cercana a él – noto un leve tono de hostilidad en su voz.
- Parece molestarte – digo a lo que él niega con la cabeza mientras sonríe.
- Puede que sienta un poco de envidia – confiesa rascándose la cabeza en un gesto que me causa gracia – tienes estándares muy, pero muy altos… - habla haciendo que me detenga - no te fijaste en cualquier médico o residente, pusiste tus ojos en un heredero millonario – ruedo los ojos al escucharlo – y no cualquier heredero.
- Primero, acabamos de iniciar nuestra residencia – levanto un dedo poniéndome seria – segundo. Si bien, había escuchado hablar de los hermanos Faragov, acabo de conocerlos y respondiendo a tu pregunta, no. Mael Faragov no me gusta.
- Pareces muy cómoda con él – reprocha frunciendo el ceño – es solo que me he esforzado muchísimo para estar aquí y no quiero que todo mi esfuerzo se vea opacado por que una de mis compañeras es amante de uno de lo hijos del dueño.
- Eres un imbécil – espeto con la respiración acelerada.
- No quiero faltarte el respeto, pero se que eres lo suficientemente inteligente como para darte cuenta de lo que digo es verdad – habla mientras me regala una sonrisa sincera a lo que yo resoplo sabiendo que en parte tiene razón, aunque esta muy equivocado.
- No me gusta, ni quiero tratos “especiales” – respondo viéndolo a los ojos a lo que él asiente – sé, mejor que nadie, lo que es esforzarse y trabajar duro por algo.
- Lo siento – dice en lo que retomamos nuestro camino.
- No lo sientas – respondo dándole un empujoncito – habría pensado exactamente lo mismo.
Al llegar a urgencias empujo a lo más recóndito de mi mente todos mis problemas y me concentro en mi trabajando que en este momento es lo que realmente me importa, no solo por que me gusta, sino por que en cuanto obtenga mi libertad es lo que me permitirá tener una vida cómoda.
No se cuanto tiempo pasa hasta que decido tomarme unos minutos de descanso para ir por un poco de café. Salgo del urgencias sobándome el cuello mientras camino despacio hacia la cafetería, pero no avanzo mucho ya que soy interceptada por un hombre con un vaso blanco en la mano junto a una bolsita marrón.
- Buenas noches, señora Stein – habla haciéndome fruncir el ceño.
- Creo que te equivocaste – respondo tratando de pasarlo, pero me lo impide.
- Siento mucho molestarla, pero el señor Stein me envío para asegurarse de que usted coma algo – habla mientras me extiende lo que tiene en la mano, pongo los ojos en blanco.
- Gracias, pero no es necesario – respondo tomando lo que me extiende por que el olor a comida y café caliente hace que me gruña el estomago -dile a Ralf que no hace falta que te envíe, ya que he cuidado de mi misma durante los últimos seis años. – paso por su lado después de tomar lo que trajo sintiéndome de repente muy hambrienta
- No me envío el señor Ralf - habla el hombre haciendo que me vuelva en su dirección viendo que toma algo del interior de su saco para luego extendérmelo – mi nombre es Erik, soy el asistente personal del señor Devan Stein – abro los ojos como platos – este es mi número, cualquier cosa que quiera o necesite le pido que me llame y yo lo hare posible para usted. – frunzo el ceño desviando la mirada a la tarjeta que me extiende.
- consérvela, no creo necesitarla – digo bebiendo un poco del café que esta delicioso – dile a Devan que se ocupe de sus propios asuntos y me deje en paz, no necesito o quiero nada que provenga de él.
Sin más paso por su lado dirigiéndome al área de descanso para poder comer lo que hay en la bolsa de papel y que huele delicioso. Al llegar a la sala veo que Nil y Ethan se encuentran en esta durmiendo, por lo que decido sentarme en uno de los sofás que hay en la sala a comer en silencio escuchando los pequeños ronquidos de Ethan que me hacen reír. Al terminar de comer decido dormir un poco por lo que me acomodo en el sofá lo mejor que puedo antes de cerrar los ojos quedándome dormida en segundos.
Unas mas tarde cuando mi guardia termina, me dirijo a la sala de residentes por mi bolso y al llegar veo que mis compañeros se encuentran allí hablando muy animados entre ellos.
- ¿a qué se debe tanta alegría? – pregunto en tono divertido haciendo que los cuatro se vuelvan a verme.
- Iremos a cenar y luego a embriagarnos – responde Anhia muy emocionada, aunque se le nota a leguas el cansancio.
- ¿vienes? – me pregunta Xander en lo que me siento junto a él mientras los demás me observan sonriendo muy animados
- no tendremos guardia hasta dentro de tres días – interviene Nil muy animado – por lo que podemos embriagarnos y si quieren, pasar la resaca en mi departamento.
- ¿una propuesta Indecente? – pregunta Anhia moviendo las cejas lo que nos hace reír.
- No te hacia del tipo al que las que les gusta el gangbang – comenta Ethan cubriéndose la boca con una mano de forma dramática lo que nos hace reír a carcajadas mientras que Anhia se pone roja como un tomate.
- Que idiota – dice ella lanzándole uno de sus zapatos.
- Tranquilos niños – habla Xander divertido – no es mala idea.
- ¿vienes? – me pregunta Nil a lo que yo asiento.
- Me convenciste con lo de embriagarnos – respondo poniéndome en pie para ir hasta mi taquilla tomando mi ropa sonriendo al ver cuan acertada fue mi elección.
- Hare la reservación – habla Nil en lo que yo tomo mi ropa dirigiéndome a las duchas donde rápidamente me refresco antes de vestirme.
Al volver con mis compañeros veo que ya están listos, por lo que juntos nos dirigimos al estacionamiento donde veo que hay un auto esperando por nosotros. Cuando estoy por subir recuerdo que mi teléfono y cartera están en el mi auto.
- Debo ir por mi cartera – anuncio haciendo que se vuelvan en mi dirección confundidos – necesito dinero y mis tarjetas están allí.
- No lo necesitas – responden los cuatro al unísono.
- Claro que sí o como creen que voy a pagar – respondo dándome la vuelta para ir hacia mi auto, pero me detengo cuando veo a Devan de pie frente a mí.
Siento que se me corta la respiración al verlo recostado de forma relajada sobre su auto. Me pongo nerviosa sin saber como reaccionar mientras recuerdo que dijo que estaría aquí. Me vuelvo hacia mis compañeros antes de dirigirme hacia él que me observa fijamente mientras me acerco.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto cuando estoy a una distancia prudente.
- No es obvio – dice con sarcasmo haciéndome rodar los ojos – vine por ti, quedamos en ir a cenar…
- ¿quedamos? – pregunto haciendo que enarque una ceja – no recuerdo haber aceptado cenar contigo.
- Eres mi esposa, se supone que debes hacerlo – responde a lo que yo estallo en una sonora carcajada esperando que él también se ría, pero no lo hace – espera, ¿hablas enserio?
- Muy graciosa
- Creo que te equivocaste de lugar, por que tu mujer no está aquí – respondo sintiendo que se me eriza la piel cuando me fulmina con la mirada – no se que es lo que pretendes, pero déjame en paz…
- Emery… - intenta hablar, pero levanto una mano interrumpiéndolo.
- No quiero cenar contigo, ni que envíes a tu asistente a verme – sentencio viéndolo a los ojos – esas atenciones son para tu mujer y esa no soy yo, así que hazme un favor y evítame problemas con ella. – sin mas me doy la vuelta con la intención de alejarme de él, pero me sostiene de la muñeca impidiéndolo.
- ¿A dónde crees que vas? – pregunto serio desviando la mirada hacia el lugar donde están mis compañeros.
- No te importa – respondo soltándome bruscamente de su agarre – no quiero hablar contigo, no verte, no que aparezca como lo hiciste hoy – respiro profundamente viendo cómo se endereza – lo único que me quiero y me interesa de ti es que firmes el divorcio.