Mimi caminó hacia la pequeña cama en la estancia y sus cachorros la siguieron al ver que no les prestaban atención. El recibidor era amplio, con un techo alto, pasillos que conectaban con las habitaciones y vista a las escaleras con esculturas de águilas. Y en medio de ese espacio Charles continúo besando a Elena, por meses no pudo verla y al encontrarla con un vestido de luto quiso romperlo lo más pronto posible. Elena soltó un gemido, su vestido era muy conservador como lo dictaba la tradición, con un cuello muy alto, mangas largas y bombachas, guantes y un velo, en todo su cuerpo no había un solo centímetro de su piel que quedara expuesta a la luz del sol y fue así hasta que Charles logró abrir los broches de su vestido. Elena se guitó los guantes y una de sus uñas se atoró en la te